El semanario UniVerso llegó a su número 300 al mismo
tiempo que la Universidad Veracruzana ingresó al pequeño
grupo de universidades públicas con 75 por ciento de su matrícula
cursando programas de calidad.
Los últimos años han sido especialmente fructíferos
para nuestra casa de estudios en cuanto a reconocimientos locales,
nacionales e internacionales se refiere: la Fundación de
la UV recibió certificación de calidad, 16 posgrados
entraron al Padrón de Excelencia de Conacyt, la Secretaría
de Finanzas obtuvo el certificado ISO 9001:2000, se lanzó
la Biblioteca del Universitario, se firmó la Magna Charta
Universitatum, el IMRE la designó como la universidad pública
con mejor reputación entre los empresarios y la UV se consolidó
como la institución con mayor presencia social de todo el
país.
Esta misma semana, la UV habrá de medirse nuevamente con
sus homólogos del país en una evaluación que
determinará la calidad de su gestión y administración,
mientras los estudiantes hoy se miden con sus pares internacionales
en condiciones muy favorables.
Al mismo tiempo, los sectores productivo, empresarial y gubernamental
de nuestro estado saben, y han comprobado, que en nuestra casa de
estudios tienen a un aliado estratégico. Las comunidades
marginadas han atestiguado de cerca la solidaridad y el apoyo decidido,
así como la experticia de los universitarios.
Éste ha sido el pulso de una universidad que se desarrolla
sin tregua y que defiende su derecho a elegir su rumbo y destino.
El imprescindible escritor francés Julio Verne decía,
en Miguel Strogoff, que “es la historia de los trabajos, y
no la de los triunfos, la que vale la pena ser contada”. Queremos
pensar que la historia más reciente de los trabajos y los
triunfos del alma máter de los veracruzanos ha quedado consignada
en las páginas de nuestro semanario. |