| Año 8 • No. 301 • Marzo 3 de 2008 | Xalapa • Veracruz • México |
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Cuando se habla de recorridos virtuales, por lo general se refieren
a un conjunto de imágenes de algún lugar en específico,
donde nos comentan situaciones relacionadas con el mismo o, en ocasiones,
hasta videos que buscan hacer más explícita la visita
“virtual” al lugar que corresponda. Actualmente,, cuando vemos o utilizamos un juego de video en 3D, por ejemplo de carreras, de estrategia, de guerra o cualquier otro de los tantos estilos de juegos que hay, estamos realmente haciendo un recorrido virtual al mundo (por lo general imaginario) de los desarrolladores del juego. Esto debido a que prácticamente nos introducimos a los escenarios que conforman el ambiente del juego, contando por lo general con un control que nos permite manejar nuestro desplazamiento dentro del mismo. Muchas personas coinciden que al escuchar sobre recorridos virtuales esperan algo parecido a un videojuego, donde puedan dirigirse hacia el lugar que ellos quieran, mirar, interactuar, entrar o caminar en todo el espacio virtual, con la posibilidad de desplazarse a su gusto y conveniencia dentro del mismo, lo cual hace la gran diferencia con aquellos sitios que sólo presentan fotografías del lugar a visitar. Por ejemplo, si hubiera un juego en 3D que tiene como escenarios edificios, centros comerciales, museos, centros deportivos, parques, etcétera, podríamos apreciar entonces lo que realmente deberíamos considerar como recorridos virtuales, al tener la oportunidad de sumergirnos en los escenarios, ser parte del recorrido y sentir que prácticamente nos encontramos dentro del mismo. Este tipo de recorridos virtuales, pueden ser distribuidos y disfrutados, como archivos ejecutables de manera local en nuestras computadoras, o desde páginas Web a las que se accede con una conexión a Internet. Ambos tipos tienen gran importancia y características que pueden hacer que uno u otro sea el que mejor satisface las necesidades de distribución. Por ejemplo, un recorrido virtual que se distribuye como archivo ejecutable no se ve tan limitado por el tamaño del mismo, ya que puede distribuirse en un disco compacto o hasta en DVD, mientras que los que se distribuyen a través de Internet requieren ser de tamaño relativamente pequeño para poder llegar a los usuarios que cuentan con conexiones con velocidades lentas o moderadas. Una ventaja que tendría distribuirlo en Internet es que está a la disposición de una infinidad de usuarios en la red, mientras que distribuido como ejecutable implicaría hacer llegar cuantas copias del archivo sean necesarias a las personas que nos interesa que conozcan nuestro recorrido. En la práctica, pueden utilizarse para distintos fines como entrenamiento de personal, turismo, capacitación, arquitectura, medicina, etcétera y todo lo que nuestra imaginación logre. |