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“Es que con la famosa calidad
tenemos doble chamba”
José
Othón Flores Consejo |
Hace
unos días tuve una interesante discusión sobre la pérdida
de tiempo que implica el trabajo para implementar y mantener las certificaciones
de calidad; “Es que con la famosa calidad tenemos doble chamba”,
me dijeron.
Luego de los gritos y algunas patadas, logramos ponernos de acuerdo
sobre el verdadero problema: trabajamos en dos sistemas de gestión,
el de la vida real y el que presentamos cada seis meses a los auditores
y conveníamos en que un buen sistema para la calidad y la mejora
no debería ser más que una nueva forma de hacer el trabajo
para que la organización pueda lograr sus objetivos, agregar
valor a sus productos y servicios, satisfacer a sus clientes y con
ello desarrollar y mantener ventajas competitivas, que la diferencien
de sus competidores.
Pasa como en la casa, llegan las vacaciones y con la euforia hogareña,
la prima vacacional y una buena ayuda de los comerciales, le prometemos
a la pareja, “Ora sí mi reyna –o rey, según
el caso–, te voy a hacer el closet que querías”,
nos vamos a la tienda y compramos un montón de materiales y
herramientas, las de moda, de última generación, “Ya
verán mis cuates cuando les cuente lo que compré”,
decimos.
Llegamos a la casa y descubrimos que no era tan fácil como
decían. Luego de cuatro o cinco horas de infructuoso esfuerzo
comprendemos que la herramienta: “Seguro no sirve”; culpamos
también a los materiales: “porquerías que venden
ahora”.
Enseguida corremos por el viejo serrucho y el desarmador manual y
volvemos a colocar las tablas viejas con nuevos clavos y parches y
con el clásico “Así lo dejo por mientras”
(peor que antes, claro), luego mal guardamos todo hasta que seis meses
después, en las próximas vacaciones, bajo la exigencia
de la pareja la sacamos de nuevo, perdemos otras cuatro o cinco horas
y sin resultados, volvemos a los repelos y a las mentadas (dulces
con sabor a menta que nos ofrecen para el coraje), al remiendo y a
guardarlas de nuevo. ¿Se sintieron aludidos?
Eso mismo sucede cuando hacemos los sistemas de papel para tener el
certificado y tal vez presumir y hacernos de un poco de dinero de
momento pero con el riesgo y la ineficiencia y los parches que eso
implica.
Ya lo hemos dicho, el Sistema de Gestión por Calidad es una
herramienta y las herramientas sólo se usan cuando son adecuadas
al problema; entonces, debemos ser cuidadosos en por qué y
para qué implementar esta herramienta y si la hemos implementado
pues a usarla correctamente y ser conscientes de lo que implica su
implementación.
Para empezar, es preciso considerar la o las razones, que pueden adoptarse
como objetivos, para implementar un sistema de gestión para
la calidad y la mejora:
1. El deseo de incrementar la satisfacción de nuestros clientes
y partes interesadas y agregarles valor con nuestros productos y/o
servicios.
2. Promover la creatividad, la innovación y el aprendizaje
organizacional
3. Incrementar la eficacia y eficiencia en nuestras operaciones.
4. Optimizar la productividad y contribución de los empleados.
5. Mejorar la posición competitiva.
En este mismo sentido, durante la operación del sistema se
deberán actualizar continuamente los objetivos y las metas
en busca de la mejor satisfacción de los clientes.
Es preciso también que el sistema establezca y observe los
indicadores que le permitan evaluar, constantemente, los resultados
obtenidos por su operación y los indicadores deben estar orientados
a la influencia que el sistema tenga en la posición competitiva
de la organización, respecto de su entorno, mercado y competencia.
O como tal vez diría el filósofo de Güemes “Debe
servir para lo que debe servir, si no ¿para qué ch #»@
va a servir?” ¿no?
Es necesario, asimismo, que los objetivos de calidad del sistema estén
alineados con los objetivos del negocio, si los objetivos de calidad
son distintos, o no están alineados, a lo mejor se cumplen
pero el sistema no coadyuvará para que la organización
logre cumplir sus metas y objetivos.
Para ello, el sistema debe contemplar un nuevo esquema de operaciones
que permita traspasar las rígidas columnas departamentales
de la organización y ofrecer alternativas que agilicen y hagan
eficiente la operación, aseguren la obtención de productos
que satisfagan plenamente al cliente y contribuyan a mejorar el control.
La organización por procesos, operados con equipos de trabajo
interfuncionales, es una herramienta que permite producir resultados
superiores debido a la sinergia generada por la integración
de las diversas habilidades y experiencias de sus miembros.
¡Claro! Ya se que me van a decir que esto implica un gran cambio
y que los cambios siempre son difíciles, generan resistencia,
provocan terror: “Perderé mi empleo”, “No
podré”, “Así se ha hecho siempre”
y mil objeciones y pretextos que el líder deberá estar
dispuesto a enfrentar con convicción, firmeza y seguridad,
características de conducta que transmitidas a su grupo facilitarán
la adopción de la herramienta y la convicción para su
correcta aplicación.
Es necesario que el proyecto incluya, en su alcance, la definición
de las acciones de preparación de los recursos humanos; este
aspecto es importante, en virtud de que el éxito de la adopción
del sistema depende en alto grado de la aceptación del cambio
y de una actitud pro-activa por parte de los actores (elemento humano).
El asunto está en que veamos que la adopción del Sistema
de Gestión por Calidad realmente beneficiará a TODOS
en la organización porque, entre las ventajas probadas, se
sabe que:
1. La organización se asegura que funciona bien y de esta forma
puede cumplir los objetivos estratégicos.
2. Permite gestionar, con calidad, el desarrollo de sus actividades.
3. Permite analizar el desempeño de forma integral y, además,
puede detectar las oportunidades de mejora, las que implementadas
exitosamente, se reflejarán en un cambio sustancial de los
indicadores de desempeño de la organización.
4. La forma de organizarse para hacer el trabajo es mejor y más
simple.
5. El Sistema y sus procesos son la mejor estrategia para rebasar
la estructura departamental de la empresa, estableciendo una verdadera
cadena de valor con los proveedores y clientes.
Bueno, pasando a otros asuntos les quiero comentar que la semana pasada
tuvimos una muy interesante conferencia sobre la aplicación
de una estrategia de gestión sustentable que revivió
el interés y compromiso de los comités regionales de
calidad. A mis lectores les pido se acerquen a sus directores para
que nos incorporemos a formas de convivencia más respetuosas
del ambiente; no podemos seguir destruyéndonos o, ¿qué
no tienen calor?
Una amable amiga de nombre Diana, me escribió pidiendo felicitara
a sus compañeros de la carrera Químico Industrial del
campus Córdoba-Orizaba por la labor que hicieron para la acreditación
de la licenciatura en la Facultad de Ciencias Químicas y aquí
lo hago haciéndola extensiva a todos los alumnos y trabajadores
(académicos, administrativos y funcionarios) que nos han permitido
contar con una matrícula superior a 75 por ciento estudiando
son programas de calidad reconocida por los CIEES, y ya saben que
sigo esperando sus comentarios en otflores@uv.mx |
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