Boca
del Río, Ver.- Más de un centenar de vecinos
de las colonias aledañas al Canal de la Zamorana fueron atendidos
gratuitamente durante la Feria de Salud que anualmente organiza la
Casa “Vecinos del Manglar” de la Universidad Veracruzana
(UV).
Durante el evento, los habitantes de la zona pudieron realizarse,
gratuitamente, pruebas de papanicolau, glucosa, control de diabetes,
hipertensión y obesidad; de igual forma, niños y adultos
de entre 19 y 29 años recibieron vacunas contra la rubéola,
el sarampión y la hepatitis B.
La Feria de Salud es un esfuerzo que desde hace siete años
representa una esperanza para mejorar la calidad de vida de los habitantes
de estas colonias irregulares. Durante el resto del año, la
Casa “Vecinos del Manglar” ofrece servicios de salud básicos
a 10 pesos la consulta, pero incluso ese módico precio resulta
inaccesible para muchos vecinos del área del manglar.
Los
niños padecen la miseria
El bajo nivel cultural y la falta de educación de los pobladores
del área también dificulta el crecimiento integral
de los niños. Perla Jazmín Hernández Montiel,
estudiante de la Facultad de Odontología y prestadora de
servicio social, cita el caso de Rodolfo, un niño de apenas
cuatro años a quien ya le han extraído casi todos
sus dientes de leche pues presentaba infecciones severas.
“Las madres no enseñan a sus hijos a lavarse los dientes,
por eso damos pláticas sobre higiene bucal y enfermedades
a todos los miembros de las familias”, explica Fernanda Mojica
Pérez, pasante de la UV.
El trabajo que estas jóvenes realizan durante su servicio
social comprende la aplicación de flúor para proteger
los dientes de las bacterias, la caries y la desmineralización,
causada por la falta de calcio y la mala alimentación. También
realizan extracciones, limpiezas y jornadas de pláticas en
escuelas públicas sobre hábitos de aseo y las enfermedades
bucales más comunes como caries, gingivitis y retracción
de encías. La consulta odontológica tiene un precio
de 15 pesos, recurso que después es utilizado para comprar
más materiales de curación.
El grupo de jóvenes que integra la brigada tiene la vocación
de servicio como común denominador. Aurea Martínez
Villar y Ana Elba Alfani Cazarín, estudiantes de la Facultad
de Psicología de la UV, finalizaron en febrero su servicio
social, pero decidieron continuar asistiendo a la casa del Manglar
porque “uno se siente querido, la comunidad es muy abierta
y cooperativa, no queremos abandonarlos”.
Desde la inauguración del Módulo de Ayuda Psicológica
han ofrecido consulta en casos de violencia intrafamiliar, abuso
sexual, bulimia y anorexia. En el kinder Enrique C. Rébsamen
atienden a niños con problemas de aprendizaje y organizan
una escuela para padres.
“Durante la Feria damos pláticas sobre autoestima,
motivación y salud mental. Nos enfrentamos al problema de
que las personas creen que uno sólo va al psicólogo
porque está loco”, comenta Ana Elba Alfani.
Aurea Martínez relata cómo han buscado acercarse a
la comunidad y considera que la recompensa es ayudarlos “porque
al principio ellos nunca venían a nosotros. Ahora nos conocen
y confían en nosotros. Es gente sencillísima, que
se quita el taco de la boca para dártelo”. |
