Año 8 • No. 310 • Mayo 19 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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En el 2020, las mujeres ancianas serán
las más desprotegidas
Alma Espinosa
La desigualdad se crea por una concepción que tenemos sobre cuál es el papel de la mujer
Para el 2020, Veracruz será un estado viejo, la mayoría de su población sobrepasará los 65 años y las mujeres estarán más desprotegidas debido a que viven más tiempo que los hombres y hasta el momento se desconoce si cuentan con algún servicio médico, informó Dulce María Cinta Loaiza, del Instituto de Salud Pública de la Universidad Veracruzana (UV).

En entrevista, la investigadora declaró que no existe información sobre la situación de las mujeres veracruzanas, lo que repercutirá en una década debido al envejecimiento de la población. Esta incertidumbre no permitirá ni siquiera conocer los datos desde el punto de vista demográfico, económico, legal y de salud.

La académica, quien se ha dedicado a los estudios de género y en específico a las mujeres veracruzanas, reconoció que ha habido avances en la protección a la mujer; sin embargo, todavía falta mucho camino por recorrer, como en el caso de los estudios de mujeres de edad avanzada, pues en las estadísticas ni siquiera se distingue el sexo de la persona, lo que impide desarrollar estudios específicos y a futuro.

Dulce María Cinta ha trabajado en diversos proyectos enfocados a las mujeres de distintas edades y en situaciones adversas. Recién acaba de concluir un doctorado en teoría política, teoría democrática y administración pública, en la Universidad Autónoma de Madrid, en el que presentó la tesis Género y participación política. Las veracruzanas: entre lo público y lo privado.

Aseguró que es necesario revisar las políticas públicas y los marcos legales y actualizarlos porque no es posible que se castigue más el abigeato que la violación. Esta cuestión, así como la económica, demográfica, violencia, religión, salud y feminismo institucional, están incluidas en su trabajo de investigación.

En la tesis hace un repaso del marco legal veracruzano y la necesidad de terminar la desigualdad mediante leyes y normas; empero, dijo, la desigualdad se crea por una concepción que tenemos sobre cuál es el papel de la mujer, lo que se ve reflejado en las normas. Aclaró que si bien el cambio legal no garantiza que se modifique la condición de las mujeres, sí será más fácil si se tienen avances en la materia.

La investigadora comentó que una vez terminado su doctorado y su investigación tiene la posibilidad de enfocar su atención en dos temas: violencia o salud materno-infantil (durante el embarazo). Aunque todavía no ha elegido, Cinta Loaiza explicó que el segundo tema es un campo más reducido, pero relacionado con la planificación familiar y, por ende, con las relaciones sexuales, que todavía son tabú incluso para el sector salud.

Detalló que el sector salud tiene un registro y se estudia la muerte materna-infantil, pero enfocado a sus efectos clínicos. Se tiene registro que en 2007 las principales causas de muerte fue eclampsia, hemorragia posparto, hipertensión gestacional y embarazo fuera de la matriz.

Respecto de la violencia, aseguró que sigue siendo un fenómeno oculto porque las mujeres no hablan; además, inciden los valores culturales de la Iglesia Católica, que ha provocado que prevalezcan las condiciones poco favorables para la salud de la mujer, tal es el caso de condenar toda posibilidad de aborto, a pesar de que se haga de forma insegura, no higiénica, con personal no calificado, y que atente contra la vida y salud de la mujer.

No se debe permitir que el aborto continúe en condiciones clandestinas y desfavorables que elevan el número de muertes; en cambio, debe proporcionarse información y, principalmente, educación a la mujer para que decida lo que es mejor. Es muy probable que si la mujer cuenta con bases educativas sólidas no llegará a tener que tomar la decisión. La investigadora aclaró que no favorece el aborto, pero sí la posibilidad de que la mujer decida y que se le proporcionen las condiciones adecuadas para salvar su vida.