Año 8  • No. 312 • Junio 2 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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Fantasía, pretexto de la literatura
fantástica para criticar
Alma Espinosa

La fantástica no es literatura de evasión porque, con el pretexto de la fantasía, plasma una crítica diferente a la de la literatura realista; la crítica puede ser aguda, punzante o terrible pero con mayor libertad, afirmó Ana María Morales, al presentar su libro México fantástico. Antología del relato fantástico mexicano del primer siglo.
Invitada por el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la Universidad Veracruzana (UV), la antologadora dijo que la primera literatura fantástica sistemática en el continente es la mexicana, incluso es anterior a la de Río de la Plata, y con esta antología muestra que persiste una corriente realista muy importante.

Ana María Morales, quien junto con José Miguel Sardines coordina los coloquios internacionales de literatura fantástica, dijo que ambos comenzaron a crear antologías “porque siempre hemos creído que lo más importante para que esta literatura se aprecie como debe ser, la gente tiene que conocer los textos. En el momento en que el texto es accesible al público se va creando no solamente el gusto por leer literatura fantástica sino también el interés por seguir investigando”, dijo.

La académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM dijo que a veces se desdeña la línea de investigación de la literatura fantástica porque se privilegia la literatura realista, de corte clásico, o se considera sólo estudiar el realismo mágico, que no es sinónimo de literatura fantástica.

Al hablar de la ironía, la antologadora de México fantástico… dijo que ésta no es la mejor amiga del género fantástico, pero sí existen textos fantásticos que son terriblemente irónicos, que evidencian carencias del mundo en cuanto al sistema social, la moral o las costumbres.

En la presentación participó el académico y lector curioso –como prefiere llamarse en vez de crítico literario– José Luis Martínez Morales, quien dijo que el género fantástico es muy tenebroso, del otro mundo, de otra realidad porque parte de la posible existencia de otra especie de realidad, un mundo alterno al “normal”.

Durante mucho tiempo, recordó, la literatura fantástica no fue considerada como una gran literatura, de ahí que sea más loable la labor de Ana María Morales; además, para el lector es muy interesante porque “no se trata que uno crea en este tipo de mundos, pero siempre se queda uno con la interrogante de ‘no es cierto, pero puede suceder’”, comentó.

Esta antología, editada y financiada por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, curiosamente es agradable por la cuestión alterna, vampirezca, de horror, ultratumba y cosas por el estilo. “Uno se divierte en el sentido literario porque disfrutas un buen libro”, expresó José Luis Martínez.

México fantástico… contiene los textos: “De lo fantástico en México” de Ana María Morales, “La calle de Don Juan Manuel” de Conde de la Cortina, “Un estudiante” de Guillermo Prieto, “La fiebre amarilla” de Justo Serra, “Lanchitas” de Roa Bárcenas, “Rip rip” de Manuel Gutiérrez Nájera, “Raro” de Guillermo Vigil y Robles.

“El matrimonio desigual” de Vicente Rivapalacio, “El centinela” de Carlos Díaz Dufoo, “Rayo de luna” de Bernardo Couto Castillo, “De ultratumba” de Juan José Tablada, “El barco negro” de José María Barrios de los Ríos, “La serpiente que se muerde la cola” de Amado Nervo, “El caso del señor Octavio” de Guillermo Jiménez, y “El papagayo de Huichilobos” de Manuel Romero de Terreros.