Año 8  • No. 312 • Junio 2 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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Complace al público este clásico de Carballido
Más vigente que nunca,
Rosalba y los Llaveros
Gina Sotelo

Estrenada en Xalapa el pasado sábado 24 de mayo, la versión de Rosalba y los Llaveros que nos ofrece la Compañía Titular de Teatro de la Universidad Veracruzana (UV) es el fiel reflejo de las palabras sabias y cálidas que escribiera el dramaturgo Emilio Carballido hacia el año 1950 y que tuviera un exitoso estreno en el Palacio de Bellas Artes bajo la dirección de Salvador Novo.

Una de las características de los grandes creadores es esa capacidad para aventurarse en el tiempo. El “genio” ha llevado a pintores, escritores o músicos a innovar, a dictar la pauta, a ver el futuro y ser –a través de su obra– eternos. Si a ritmo de tango Carlos Gardel decía “que 20 años no es nada”, ¿qué se pudiera decir de una obra como Rosalba y los Llaveros con casi seis décadas de vigencia?

En Rosalba y los Llaveros, la joven Rosalba regresa a Otatitlán para liberar a la familia Llavero de su provincianismo, de sus ideas caducas, de su mojigatería. No obstante, en esa comedia de enredos, las buenas intenciones de la joven la hacen quedar mal aun cuando sus intenciones son las mejores.

La modestia del pueblo se percibe en el vestuario, en el comportamiento, en la ideología chata de la familia que contrasta con sus parientas liberales. Digno de mención es el personaje de Nativitas, la loca que vocifera contra la iglesia, que se burla de ella de frente y que resume el conflicto de valores de la sociedad mexicana de la época.

La encantadora comedia es considerada como una de las mejores obras de teatro mexicanas, mezcla exacta entre el realismo natural y el costumbrismo inocente de
los jarochos.

Rosalba y los Llaveros cuanta con la dirección de Alberto Lomnitz. En ella ya están los elementos que distinguirán al laureado escritor y marcarán una época del teatro en México: los diálogos ágiles e inteligentes, una delicada y paciente construcción de situaciones y la presentación de ese México del interior en contraposición a la gran urbe.
El montaje, que estará en temporada hasta el 27 de julio, forma parte de un amplio programa de eventos que harán homenaje al dramaturgo, fallecido en febrero de este año. A decir de Lomnitz, en Rosalba se hace un homenaje a Carballido y un homenaje a su teatro; el texto se presenta prácticamente íntegro y se respeta al pie de la letra la escenografía indicada por el autor.

“Para el homenaje estuve leyendo una gran parte de las obras de Carballido,
realmente eran muchas las que nos hubiera gustado llevar a escena y que todavía tienen algo que decirle al público, pero Rosalba fue el primer gran éxito de Carballido y creímos que, a casi 60 años de distancia, la fuerza de este melodrama cómico rendirá un justo homenaje a nuestro genial dramaturgo.”

Sobre esta obra, Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio ha escrito: “Lomnitz corre el mayor de los riesgos con este montaje: pretende no correr ninguno. En un rasgo de humildad y madurez, Lomnitz nos presenta, más que a Carballido, el teatro de Carballido. Lo que vemos en escena no es una visión moderna de un teatro de hace casi 60 años, lo que vemos es una mirada sobre ese teatro. Es, supongo, la forma que tiene Lomnitz de decir que Carballido, más que un autor, es una época, una forma de ver el mundo y una forma de ver el teatro”.

La obra se presentará viernes, sábados y domingos en la Sala Chica del Teatro del Estado. Viernes a las 20:30, y sábados y domingos a las 19:30; el acceso cuesta 50 pesos y 30 para estudiantes y personas de la tercera edad con credencial.

Mayores informes con María de Jesús García Salazar en el Teatro La Caja en Calle La Pérgola s/n, al teléfono 8-18-3816 y en el correo teatroveracruzano@
yahoo.com.mx.