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Dicen
expertos en el homenaje de la UV a Nexos
Malas administraciones, constante
de la economía mexicana
Edith Escalón y Juan Carlos Plata |
La
democracia no puede resolver los problemas económicos del país
por sí sola, coinciden Luis Lomelí, Ricardo Becerra,
Héctor Aguilar Camín y Raúl Arias Lovillo
México
necesita crecer desesperadamente porque corre el riesgo de nunca
llegar a ser un país desarrollado, sostuvo Ricardo Becerra |
Héctor
Aguilar Camín, Raúl Arias Lovillo, Luis Lomelí
y Ricardo Becerra,
durante la mesa Nexos y la economía |
Una
de las pocas constantes en la administración de políticas
económicas que ha tenido México en los últimos
30 años ha sido su baja calidad, coincidieron los analistas
económicos Luis Lomelí y Ricardo Becerra, el rector
de la Universidad Veracruzana (UV) Raúl Arias Lovillo –economista
de carrera– y Héctor Aguilar Camín, durante la
mesa Nexos y la economía, que forma parte del homenaje que
la Universidad realizó a la publicación.
“Esto queda de manifiesto si vemos que hace 30 años el
dólar valía 12 pesos con 50 centavos y al día
de hoy se encuentra alrededor de los 10 mil –tomando en cuenta
que al peso se le quitaron tres ceros–. No hemos tenido funcionarios
inteligentes y tenemos 30 años dando bandazos sin sentido”,
sostuvo en su intervención Héctor Aguilar Camín.
El historiador y analista político dijo que, además,
una causa siempre presente en las crisis y recesiones que ha sufrido
el país, es que el gobierno no tiene restricción económica
y financiera y, por lo tanto, tiende siempre a gastar más de
lo que tiene y citó el caso del actual subsidio a la gasolina,
con el cual, afirmó, “el gobierno de Felipe Calderón
va camino al déficit económico”.
Por su parte, el Rector de la UV aseguró que en los años
setenta se pensaba que primero se daría un cambio económico
y luego el cambio político, pero en la práctica ha sido
al revés: primero hubo una transición hacia la democracia
y apenas ahora se piensa en el cambio económico.
Además, explicó que hoy existe en el país “una
sociedad mucho más desigual que hace 30 años”,
pues aunque ya no hay dependencia del petróleo, debido a la
exportación de manufacturas, en el tema fiscal la dependencia
persiste.
Agregó que México es un país que no juega de
manera competitiva en la era de la economía del conocimiento,
“está atrapado en la falta de acuerdos de la clase política
que pudieran liberalizar a la economía, y liberarnos de muchos
de los mitos que hemos venido arrastrando desde el siglo XX”.
En su intervención, Ricardo Becerra sostuvo que la generación
de mexicanos que hoy tienen entre 25 y 30 años han vivido toda
su vida en medio de un estancamiento general de la economía,
que además de las dificultades monetarias ha causado un daño
moral importante en la población.
“Podemos decir que el cambio estructural impulsado por Carlos
Salinas de Gortari fue un total fracaso porque nos dejó una
peor economía y nos convirtió en una sociedad cada vez
más pesimista; con 27 por ciento de la población ocupada
en el sector informal y con una generación de empleo de apenas
30 por ciento de lo necesario.”
Becerra sostuvo que México necesita crecer desesperadamente
porque corre el riesgo de nunca llegar a ser un país desarrollado,
esto como consecuencia de la estabilidad impuesta por las políticas
del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional: “Es urgente
una reforma que redistribuya la riqueza y propicie el crecimiento
económico y que el país no dependa solamente de mantener
una política cambiaria estable que, por otro lado, puede ser
ficticia, como lo fue en 1994”.
En su turno, Leonardo Lomelí, economista de la UNAM, aseguró
que el cambio estructural de la política económica iniciada
en el gobierno de De la Madrid y profundizado en el sexenio siguiente
tuvo grandes deficiencias que explican parte de las dificultades que
ha atravesado el país, incluida la crisis de 1994.
“La privatización de la banca derivó en un rescate
convertido en un lastre para las finanzas públicas; la política
fiscal no aumentó la base gravable ni su eficiencia; los pactos
abatieron la inflación a costa de los ingresos de obreros y
campesinos, y la deuda externa creció; las instituciones financieras
demostraron su ineficacia en la crisis del 94.”
El especialista reconoció que la inversión extranjera
aumentó significativamente a partir del TLC, aseguró
que está pendiente una evaluación de la calidad, la
permanencia y la penetración de esa inversión: “Hay
evidencias de que se canalizó más a la compra que a
la generación de activos, y que no ha representado hasta ahora
un cambio significativo en los patrones de transferencia de tecnología
hacia México”. |
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