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Entonces
el silencio..., viaje por la geografía poética del deseo
Celia Álvarez |
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Tanto
se ha comentado y escrito acerca del amor que se podría pensar
que sobre él ya nada nuevo puede decirse, en el estricto sentido
de la expresión. Lo mismo sucede con el deseo: prosistas y
poetas han hecho correr ríos de tinta fustigados o abatidos
por una desaforada pasión. Y aunque Miguel de Cervantes Saavedra
decía que “amor y deseo son dos cosas diferentes; que
no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama”,
parece imposible desligar ambos sentimientos humanos como caras de
la misma moneda. |
Amor
y deseo es precisamente la dupla que hace ostensible Cándido
Guevara Zamora en el poemario Entonces el silencio..., una de las
novedades editoriales de la Universidad Veracruzana (UV), cuyo contenido
invita a emprender una inesperada expedición por la geografía
del cuerpo venerado, mediante palabras convertidas en divisa de pasión
que toman por asalto los sentidos del lector y le transmiten la pulsión
de un sentimiento amoroso que va siempre más allá de
lo que pueden decir los versos.
Al abrazar tu circunstancia empiezo a desoír la luz: territorio
donde tu mirada desdobla su quietud. Frente al aire crece tu silueta
hasta eludir la nota aguda de sudor, el plagio secreto que mi lengua
arrima hasta tus flujos. La realidad es otro número derretido
entre tus ingles –somos brevedad, somos espasmo– y a un
costado del futuro me veo morir ahogado en lo más profundo
de tu desnudez.
El deseo grita su presencia en cada página de este libro desde
la intensidad de líneas y metáforas teñidas de
ardoroso matiz, como: “Tus muslos proclaman un avance victorioso
de ese movimiento que nace siempre a las afueras del placer”,
“la sonrisa cicatriza y en los senos el placer hincha su flama”,
“las uñas desinhiben polvo”, “de tus ingles
brota un tiempo agrio de sudor”, “entonces crecerás
como la fiebre...”, “el sexo abre su adiós en un
fragor...”, “apartas las sábanas de tu lentitud
primaria...”, “trazo en tus pechos el recorrido del silencio”,
“ahora te abrazas a mi esperma...” o “el desahogo
tiene una rara desinencia...”.
Así, en este volumen perteneciente a la colección Ficción,
el veracruzano Cándido Guevara, catedrático de la Facultad
de Idiomas y cuyo poemario Los signos del diluvio forma parte también
del catálogo editorial de la UV, describe el sublime ritual
de la seducción conjugando ideas que erigen a la mujer amada
en sujeto preponderante de un discurso lírico afincado en el
erotismo como eje central de textos tan insólitos como deslumbrantes.
Entonces el silencio… es, según se indica en la recensión
de este volumen poético, “la palabra-cuerpo navegable,
es la metáfora omnisciente que convoca, provoca y desboca los
elementos heteróclitos de un mundo que funciona como voz actuante
en el encuentro amoroso de los cuerpos, en el sueño y la vigilia
preñados de presagios. Poesía que funda ese gran silencio
escatológico que deviene de ser y estar en un aquí y
un ahora sempiternos”.
El libro Entonces el silencio... se puede adquirir en el Servicio
Bibliográfico Universitario situado en Xalapeños Ilustres
37 o en la Feria Permanente del Libro Universitario, de Hidalgo 9.
Aquellas personas interesadas en conocer más sobre las novedades
editoriales de la Universidad Veracruzana pueden consultar la página
www.uv.mx/corre y
escuchar todos los martes, de 18:00 a 19:00 horas, el programa Oye,
lee y dile, que transmite Radio Universidad Veracruzana en el 1550
AM. |
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