Año 1 • No. 39 • octubre 1 de 2001 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


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Libros y Revistas
Sección coordinada por Iván Javier Maldonado Rosales
 


En Textos Universitarios, Manual de prácticas de Histología

Un minucioso trabajo de corte didáctico es el que ha realizado Francisco Javier Ayala Lagos en su Manual de prácticas de Histología, que la Universidad Veracruzana ha publicado en su colección Textos Universitarios. Dicho título, dedicado a estudiantes y profesores de diversas ramas de la Medicina, ha sido elaborado con el propósito de confirmar los conocimientos teóricos de la Histología y la Citología. Su contenido está organizado en 18 prácticas, con una metodología dividida en ejercicios que tienen la finalidad de facilitar la comprensión y adquisición del conocimiento, y viene acompañado por un disco compacto de material fotográfico que puede ser estudiado en una computadora personal, cuyo objetivo es generar imágenes mentales comparativas en relación con las que se pueden mirar en el microscopio. El libro hace énfasis en la observación, que permite el entendimiento de la forma, dimensión, estructura e interrelación de las células como unidades fundamentales de la arquitectura tisular; los tejidos, como manifestación de la armonía celular, y los órganos, donde la independencia individual de las células, la adhesión de las sustancias, las estructuras intercelulares y los tejidos se funden en la interrelación colectiva como expresión de la más perfecta organización estructural de la materia viva. El Manual de prácticas de Histología está a disposición en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información, así como en el Servicio Bibliográfico de la UV. (Elizabeth Vázquez Narváez)


Una relación de especies vegetales empleadas como leña y carbón

El descubrimiento del fuego constituyó un factor determinante en la supervivencia del hombre, ya que le proporcionó una fuente de calor, un medio para poder iluminarse durante la noche o dentro de las cuevas, un elemento capital para su alimentación -el cual le permitió calentar, cocinar o cocer sus insumos- y una defensa ante los animales depredadores, entre otros aspectos: de allí su enorme valor simbólico en todas las culturas. Como este elemento requiere sustento constante para su conservación, se ha tomado a la leña y al carbón como fuentes de primera mano, e incluso los pobladores de zonas rurales de nuestro país todavía las utilizan; sin embargo, la deforestación sin medida ha provocado que los árboles de donde se obtienen ya comiencen a escasear, destruyéndose así una invaluable herencia no sólo natural, sino cultural, pues los antepasados se valían de determinadas especies de acuerdo con sus creencias. Ante la carencia de fuentes energéticas de origen vegetal, Sergio Avendaño Reyes y María Consuelo Sánchez González emprenden un estudio pormenorizado de los 71 tipos que son empleados con tal propósito, dando a conocer sus nombres comunes, entidades donde se localizan, ecosistema, forma biológica y otras funciones que se les han dado en su libro Especies de uso energético en México. Con tal esfuerzo, los autores enfatizan en la necesidad de buscar opciones tendentes a un mejor aprovechamiento de estos recursos, su uso integral.