Después
de los ataques terroristas en la ciudades de Nueva York, Washington
y Pennsylvania en los Estados Unidos de Norteamérica, se
inició otro ataque contra esta nación por medio de
bacterias (ántrax), lo que ha desatado una psicosis masiva
sobre la posibilidad de infectarse. Ésta psicosis no está
presente sólo en ese país sino en todo el mundo, por
esta razón hago una revisión de su patología.
El
ántrax es una enfermedad infectocontagiosa provocada por
la bacteria Bacillus anthracis. Aparece comúnmente en animales
salvajes y en algunos domésticos como las cabras, ovejas,
ganado vacuno, camellos, etcétera, así como en humanos
cuando se exponen a la bacteria a través de tejidos contaminados
o animales que están infectados. Pero existe otro mecanismo
para ocasionar la infección: la contaminación intencionada,
que se utiliza como arma de guerra. Este mecanismo puede ser por
aspersión en el aire, por ejemplo, usando aviones o cualquier
otro medio de fumigación masiva para la agricultura, empleando
artefactos de combate o contaminado el agua y alimentos.
La
enfermedad es más común en zonas ganaderas y está
muy bien reconocida en los países que son afectados, algunos
son del Caribe, Centro y Sudamérica, del Sudeste y Este de
Europa, otros de Asia y no escapan estados de la Unión Americana.
El
padecimiento en los humanos tiene tres formas de presentación,
la cutánea, la respiratoria (por inhalación), y la
gastrointestinal.
El
período de incubación (tiempo en que aparecen signos
y síntomas) del ántrax es de tres a siete días.
La forma cutánea es la más frecuente, con aproximadamente
el 95 por ciento de los casos en condiciones normales (no de guerra
bacteriológica), generalmente la contaminación se
establece por la existencia de alguna herida en la piel, lugar por
donde penetra el microorganismo al estar manejando tejidos de animales
contaminados como las pieles o lana de animales infectados.
La
primera lesión que se observa en la piel de un individuo
que se infectó es similar a la picadura de un insecto, no
es dolorosa y a las 24 ó 48 horas se transforma en una vesícula
también indolora con un diámetro aproximado de uno
a tres centímetros que comienza pronto a ulcerarse y se vuelve
necrótica del centro a la periferia, además se presenta
crecimiento de los ganglios linfáticos cercanos a la lesión
o lesiones. En esta presentación es conveniente iniciar tratamiento
médico rápidamente para evitar un desenlace fatal,
ya que en esta forma la mortalidad va de un 20 hasta un 25 por ciento.
La
variante respiratoria (por inhalación) tiene la forma de
aparición de un resfriado común, pero después
de las primeras 24 a 36 horas se complica con fiebre intensa, tos,
malestar general y dificultad respiratoria, debido a la inflamación
de la parte media del tórax (mediastino) que se va haciendo
más severa en escaso margen de tiempo, ocasionando trastornos
metabólicos letales con paro respiratorio irreversible. La
infección respiratoria generalmente es mortal si no se actúa
con certeza en las primeras 24 horas de haberse iniciado el proceso.
La
afectación del tracto digestivo ocurre por la ingesta de
carne o agua contaminada, lo que desarrolla rápidamente inflamación
aguda de toda la vía digestiva que provocará signos
y síntomas propios de este aparato, además de malestar
general y fiebre, para que posteriormente aparezca diarrea acompañada
de sangrado intenso. Al igual en que la forma respiratoria se debe
iniciar tratamiento antibiótico inmediatamente, sin embargo,
la mortalidad es elevada, 25 a 60 por ciento.
El
diagnóstico de la enfermedad se puede realizar aislando el
germen de la sangre de la persona infectada por medio de cultivo
específico o a través del estudio de las secreciones
respiratorias o de las lesiones cutáneas. Otra forma es detectando
anticuerpos en personas que se sospeche puedan estar infectadas.
En
la actualidad se cuenta con los fármacos para tratar a las
personas infectadas, pero lo importante es aplicarlos entre las
primeras 24 a 36 horas, es decir, durante el período de incubación
del microorganismo. La vacuna tiene éxito siempre que sea
aplicada en personas no infectadas y tiene una efectividad superior
al 90 por ciento.
La
psicosis sobre el padecer dicha enfermedad tiene en estado de alerta
al mundo, provocando graves cambios conductuales; por ello si tiene
dudas acuda a su médico para obtener información verídica
y correcta.
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