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En
las últimas décadas la medicina ha avanzado a pasos
agigantados. Es impresionante ver la terapéutica actual para
muchas enfermedades que antes ni se podían curar, sin embargo,
queda mucho por descubrir. Hay conocimientos simples que el médico
emplea de rutina en su práctica diaria de campo, aunque no
tiene este comprobado, éste es el caso de muchos dolores
de cabeza denominados en el lenguaje médico como cefaleas.
La
clasificación de éstas puede variar según los
factores que las caracteriza, una manera general y sencilla, sería
determinarlas según su etiología, así podríamos
tener: una cefalea por tensión, como por ejemplo en una contracción
muscular del cuello y la nuca; una cefalea por tracción,
cuando se encuentran zonas muy sensibles al dolor en la cabeza;
una cefalea inflamatoria, por ejemplo debida a un proceso infeccioso
como una meningitis; y una cefalea vascular, como podría
ser la migraña. Concentrémonos en este último
padecimiento.
Es
común conocer gente que dice haber sufrido dolores de cabeza
insoportables y que al ir con el médico le diagnosticaron
migraña, y bueno, ya sabemos que esta es una cefalea de origen
vascular. Pero, ¿qué se entiende por migraña?.
Una
cefalea común causa dolor en las partes afectadas como el
cuero cabelludo; músculos de la cabeza y posiblemente hasta
en nervios de la cara y boca debido a la vasta red de nervios sensoriales
localizados en estas estructuras, no obstante, pasa así en
los huesos y tejido cerebral, que carecen de una amplia red de fibras
nerviosas sensibles al dolor. En una migraña las partes afectadas
son los vasos sanguíneos y neuronas. La sangre a través
del torrente sanguíneo arterial lleva los nutrientes necesarios
a las células de los tejidos, entre ellos el oxígeno,
y al faltar éste en la circulación, también
falta en los tejidos.
La
sangre que llega a irrigar la cabeza proviene de las arterias carótidas
primitivas, que se dividen en interna: para irrigar el contenido
del cráneo y las órbitas, y externa: para la cara,
aunque también irriga la cabeza y el tronco basilar, cuando
este tronco que lleva la mayor parte de sangre al cerebro es dañado,
o simplemente no pasa la sangre con la cantidad adecuada de oxígeno
para las necesidades cerebrales, da como resultado ciertos malestares
y posteriormente dolor de cabeza, característico de la migraña.
Cabe
mencionar que no siempre una migraña se puede deber a una
obstrucción o una deformidad de los vasos que irrigan la
parte interna del cerebro, también se puede deber a ciertos
acontecimientos del sistema sanguíneo, como el aumento de
la densidad de la sangre o el mal transporte de oxígeno por
parte de ésta, que también podría deberse a
una insuficiencia respiratoria.
En
la actualidad no se sabe con exactitud a qué se debe la migraña.
Supuestamente, los tejidos afectados al carecer de oxígeno
hacen que se desencadenen ciertas manifestaciones por la falla neuronal.
La migraña, cefalea de origen vascular se puede clasificar
en dos tipos: sin aura o común y con aura o clásica.
El aura, es el conjunto de manifestaciones objetivas y subjetivas
que se presentan en la migraña, es decir, un síndrome.
Entre
las manifestaciones más comunes encontramos alucinaciones
auditivas y olfativas, que es cuando el paciente dice haber escuchado
u olido cosas que nunca estuvieron presentes, vértigo, nauseas,
vómito y sobre todo una visión alterada que puede
ser una vista luminosa en zig zag, pérdida de la vista momentáneamente,
distorsión de las imágenes logrando ver sólo
siluetas a lo lejos o una visión en túnel, en menor
frecuencia se pueden presentar ganas de orinar o evacuar.
Para
resaltar y comprender mejor la falta de oxígeno en las neuronas,
la vista en forma de túnel o en zig zag también se
relaciona con la experiencia al morir de mucha gente. Se han encontrado
registros de personas que llegan a la muerte clínica y regresan
a la vida, al contar su experiencia en el umbral que lleva a la
muerte, dicen haber visto un túnel y al fondo una luz, esto
seguramente se debe a la falta de oxígeno en las neuronas
y células encargadas de la visión, que, en igual manera,
acontece en la migraña.
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