Año 2 • No. 44 • noviembre 5 de 2001 Xalapa • Veracruz • México
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Cine UV
 


Lunes 5

La doble vida de Verónica

Dirección: Krzystof Kieslowski.

Metáforas, percepciones, intuiciones y sueños que todos tenemos algunas veces de que no estamos solos. ¿Existe alguien entre los miles de millones de personas sobre la tierra que es exactamente igual a usted y que lleva una vida paralela en este preciso momento? La doble vida de Verónica, una de la más importantes cintas del realizador polaco fallecido en Varsovia el 13 de marzo de 1996. Premios: Mejor interpretación femenina y el de la crítica internacional, en el
Festival de Cannes 1991.


Miércoles 7

Decálogo uno
Amarás a Dios por sobre todas las cosas.

Dirección: K. Kieslowski

Krystof consulta con su computadora (a la que considera infalible) si puede permitir que su hijo Pawel vaya a patinar al lago recién congelado. La respuesta es que el hielo resistirá el peso del niño. La computadora se equivoca. En la iglesia Krystof se rebela.


Lunes 12

Decálogo dos

No jurarás el nombre de Dios en vano.

Dirección: K. Kieslowski

Dorotea visita a Andrés, su esposo moribundo. Ella está embarazada de otro hombre. Consulta con el doctor si su marido morirá. Ha tomado una determinación: si él muere tendrá al bebe, si vive abortará. El medico se ve obligado a tomar una decisión. Le dice que su marido morirá. Sin embargo, Andrés sobrevive...

 
Los mandamientos de Kieslowski
Linterna Mágica
Roberto Ortiz Escobar
 


México, DF.- El Cine Club de la Universidad Veracruzana cierra su programa de exhibición fílmica de 2001 presentando en noviembre y diciembre una parte de la obra de Krzystof Kieslowski, uno de los cineastas más inquietantes y definitivos de los últimos 20 años.

Los misterios del alma, el azar, el amor, la fe y la esperanza, fueron abordados por Kieslowski con la más fina sutileza, contenida elegancia y envolvente belleza visual. Lo mismo nos planteó la oportuna relectura de los 10 mandamientos cristianos (Decálogo, 1989), que los inciertos caminos del azar (La doble vida de Verónica, 1991), o bien las expectativas del paneuropeísmo (Azul, Blanco y Rojo, 1993-1994).

El cineasta polaco falleció a los 54 años después de una cirugía al corazón, órgano del que conocía sus más sensibles fibras y articulaciones que nutren las más profundas, inéditas e insólitas emociones que el ser humano es capaz de desarrollar, en su afán de congeniar y corresponderse con sus semejantes, no obstante las diferencias personales, las distancias geográficas, los vuelcos del tiempo, o las creencias religiosas.

El vivificante corazón de Kieslowski nos allanó el camino. A través de sus películas conocemos, aceptamos y amamos a seres atrapados en una especie de divinidad terrenal que procuraba la redención espiritual; su percepción intuitiva nos ligó con la más honda reflexión de los dilemas existenciales y su expresión creativa nos brindó algunas de las más hermosas imágenes de fin de siglo, portadoras éstas del sentido verdadero de la condición humana en circunstancias ambiguas, extrañas y complejas.Kieslowski observó con plenitud el horror, la pesadumbre y la belleza emanados de los misterios de la vida misma. Gracias a un corazón generoso y una sensibilidad excepcional, uno puede recuperar la capacidad de asombro que el cine consumista ha dejado empantanada en la experiencia visual rutinaria.

En el inicio de un milenio, el ciclo "Los mandamientos de Kieslowski" puede ser un confortable acicate fílmico para un espectador que, guiado por una brújula visual, se permita el encuentro de sí mismo, sus semejantes y su entorno terrenal, al confesarse con un espejo revelador.

Pocos cineastas ha dado el cine que hallan iluminado con tal devoción el camino azaroso de unos seres jamás desamparados, ya que Kieslowski mantuvo la mirada del humanista empecinado en vislumbrar la esperanza por encima de cualquier derrota.