Año 2 • No. 45 • noviembre 12 de 2001 Xalapa • Veracruz • México
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  Llega el XXI Foro Internacional de la Cineteca Nacional Hablemos de buen cine
Roberto Ortiz Escobar
 


De nueva cuenta ha llegado a Xalapa el XXI Foro Internacional del Cineteca que, gracias al impulso de la UV, el Gobierno del Estado y la Cineteca Nacional, institución que promotora de este foro desde hace 21 años, proyectará lo mejor de la filmografía mundial del 16 al 26 de noviembre. La sede por antonomasia será El Ágora de la Ciudad, donde serán presentadas 11 películas de varios países, vinculadas por el espíritu y cometido del foro: cine experimental, narraciones propositivas, manejo poco convencional del lenguaje, cine independiente y óperas primas. Es decir, un cine que en la mayoría de los casos carece de apoyo industrial y su acceso a los grandes mercados es restringido.
Si el cine manipula las emociones del espectador, esto puede lograrse con el manejo efectivo de la técnica fílmica y el sentido dramático otorgado a los personajes. La experiencia de la droga, la enajenación con los medios y la paranoia moderna se ejemplifican con el uso de un lenguaje apabullante y las actuaciones brillantes en Réquiem por un sueño (2000, de Darren Aronofsky).
En Rewind (1999, de Nicolás Muñoz), la comedia sirve de pretexto para articular la propuesta fantástica de alterar el tiempo, y por ende el sentido de la vida, gracias a la manipulación que se hace de las imágenes registradas por una cámara de video.
Ramo de fuego (2000, de Maureen Gosling y Ellen Osborne) es un documental con bella fotografía y una mirada respetuosa del denominado matriarcado femenino juchiteco, base de la unidad y fortaleza sociofamiliar de esa comunidad oaxaqueña.
Pánico (2000, de Henri Bromell) aborda el complejo vinculo de un padre y su hijo, alterado drásticamente cuando el último se rebela a continuar matando personas dentro del plan macabro concebido por el padre.
Rio Suzhou (2000, de Lou ye) utiliza el video como registro subjetivo de una historia de amor acontecida en Shanghai. Un río contaminado sirve de imagen recurrente a una realidad misteriosa y confusa.
Panchito Rex me voy, pero no del todo (2000, de Fabian Hoffman) es uno de los pocos experiemntos en el ámbito mexicano que utiliza la computación para crear sugerentes escenografías virtuales. Apariencia o realidad, experimentación o suntuosidad formal, documental o ficción, planteamientos inciáticos o exposiciones consumados, son parte de la riqueza y los contrastes que nos brinda el "XXI Foro Internacional de la Cineteca".