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Genoma
humano
Claudia Domínguez Mejía |
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El
12 de febrero de 2001 la comunidad científica internacional se conmocionó
al recibir con asombro la noticia que Craig Venter y Francis Collins,
científicos de la empresa Celera Genomics, revelaron: el mapa genético
del hombre había sido descifrado en un 98 por ciento, consumando el
esfuerzo de un proyecto nacido un par de años atrás el "Genoma Humano".
Este proyecto reveló que los seres humanos somos más similares de
lo que se creía y también más próximos al resto de las criaturas vivientes
de lo que nunca se había pensado.
El objetivo central de este proyecto internacional, pretende averiguar
el sitio cromosómico de los genes que conforman nuestro genoma, es
decir, la suma de todos nuestros genes y así determinar la secuencia
de los tres mil millones de pares de bases que integran el ADN de
nuestra especie. En otras palabras, esto significaría saber cómo se
estructura nuestro organismo con un nivel muy fino de detalle, así
como sus potencialidades frente a la salud o a la enfermedad.
Sin embargo, para algunos grupos aún hay serias dudas sobre el uso
que se le puede dar a esta información; para otros, las expectativas
que el develamiento del "mapa genético humano" son bastante positivas,
en cuanto a los efectos en la práctica médica. "Con la secuenciación
del genoma humano y de muchos otros organismos -nos dice Antonio Velázquez
Arellano (director de la Unidad de Genética de la Nutrición del Instituto
de Investigaciones Biomédicas de la UNAM y que recientemente visitó
la UV)-, ha iniciado una verdadera revolución biológica y médica,
pues la identificación y la caracterización de genes es una de las
estrategias más poderosas para comprender las enfermedades humanas
en su nivel más fundamental".
La nueva era de la medicina
"Con el desciframiento del genoma humano empiezan a surgir los
esbozos de lo que será un nuevo tipo de medicina, que se desarrollará
en las próximas décadas, basada en el conocimiento del genoma de cada
persona.
De manera que, conociendo diferentes aspectos del genoma del individuo,
podrán entonces conocerse con antelación, predisposiciones o susceptibilidades
para padecer distintas enfermedades; este conocimiento llevará a una
serie de medidas para cada persona, ajustadas a esas predisposiciones
individuales, con el objeto de prevenir la aparición de esas enfermedades,
o bien, evitar por completo su aparición o cuando menos retrasarla
y aminorar sus consecuencias.
Todo esto nos llevará a un tipo de medicina muy diferente de la actual.
Será una medicina más preventiva que curativa. En este momento hay
muchas enfermedades que no podemos prever porque no sabemos quién
es el que tiene la predisposición para padecerlas. En el futuro, con
estos conocimientos, en lugar de tener que esperarnos a tener la enfermedad
vamos a poder prevenirla. Esto nos conducirá a ejercer medicina muy
individualizada, porque se podrá distinguir con precisión los niveles
de propensión de cada persona para determinadas enfermedades.
Del mismo modo, la genómica contribuirá al desarrollo de medicamentos
muy diferentes a los de hoy, naciendo con ellos una nueva rama de
la farmacología, la farmacogenómica, razón por la que en este momento,
quienes hoy invierten más dinero en investigación genómica, son las
grandes compañías farmacéuticas.
En la actualidad el diseño de los fármacos es muy costoso pero en
el futuro estos serán diseñados en función de los llamados "blancos
terapéuticos", algo así como las llaves de cerraduras, que sólo abrirán
una puerta específica sin inmiscuirse en otros sitios que pueden resultar
dañados.
¿Qué hace la UV en materia de genética humana?
Enrique Vargas Madrazo, Instituto de Investigaciones Biológicas:
trabaja en el área de biología molecular, sobre aspectos moleculares
del reconocimiento inmune, es decir, estudia las moléculas del sistema
inmunológico que son las encargadas de llevar a cabo el reconocimiento
de las moléculas o células extrañas al organismo. Desde hace 12 años
está involucrado en el estudio de las propiedades de las biomacromoléculas,
utilizando diversos enfoques, entre ellos el de la genética molecular
que implica fundamentalmente ver la estructura y expresión de los
genes.
Víctor Antonio Tejeda Moreno, Instituto de Ciencias de la Salud:
realiza desde hace algunos años una intensa investigación sobre errores
innatos del metabolismo, un conjunto de alteraciones genéticas y endocrinas
que se trasmiten de manera autosómica y recesiva. Su trabajo se ha
centrado en efectuar estudios de genética-bioquímica en poblaciones
humanas, seguir a los pacientes longitudinalmente y, en un futuro
próximo, el estudio en neonatos.
Miguel Ángel Jiménez Montaño, Maestría en Inteligencia Artificial:
actualmente se encuentra a punto de concluir un proyecto apoyado
por el Conacyt llamado "Estructura y evolución del código genético"
y ya ha sometido uno más para su aprobación, relativo a las aplicaciones
de la inteligencia artificial en bioinformática, materia sobre la
cual planea constituir un diplomado en la UV. A través de esta técnica
es posible extraer lo más importante de la masa de datos que se acumulan
diariamente, lo que sitúa a la biología molecular computacional -dentro
de ella la bioinformática- como una herramienta de investigación indispensable.
También es pionero en la biolingüística, es decir, el estudio del
lenguaje genético con las mismas técnicas que se utilizan en el estudio
del lenguaje humano o el lenguaje de cómputo.
La medicina genómica realmente plantea horizontes extraordinarios;
los cimientos ya existen, a pesar de que todavía es una ciencia por
desarrollarse.
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