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Un
texto no sólo está conformado por palabras impresas.
Podríamos decir que es cualquier fenómeno susceptible
de ser interpretado, ya sea un libro, una pintura, una escultura,
un anuncio, la propia moda, una persona, un edificio o una ciudad.
Todo es un texto o se vuelve así cuando tratamos de analizarlo.
Esta
es una parte del discurso que a lo largo de su carrera como investigador
ha estudiado Jay Miskowiek, y que sintetizó recientemente
en su conferencia Deconstruir la deconstrucción, que ofreció
a maestros y alumnos de la Facultad de Artes Plásticas de
la UV, interesados en tal veta filosófica.
Durante
su exposición, Miskowiek se refirió a la obsesión
de muchos científicos sociales que tratan de desmenuzar palabra
por palabra los textos literarios, aventurándose a dar múltiples
significados a lo dicho por el autor sin apreciar la lectura de
manera sencilla.
De
acuerdo con su visión, no existe una interpretación
única porque "ésta es ambigua, incompleta, insatisfecha,
pues nunca llegamos al origen, a la semilla de nada. La interpretación
de un texto no existe, siempre hay varias interpretaciones de lo
mismo".
El
maestro y doctor en Literatura Comparada, así como crítico
de arte y literatura, tras calificar a la deconstrucción
como un tema ambiguo y difícil, afirmó que la crítica
literaria o artística trata de poner la obra estudiada dentro
de un sistema para analizar cómo obedece a las reglas de
un método y encasillarla como marxista, funcionalista o estructuralista,
lo cual es un gran error: "Ningún artista trata de escribir
o pintar dentro de un sistema; las cosas salen como son según
su contexto y diversidad de corrientes e influencias".
Para
Miskowiek, la deconstrucción tiene como sistema la auto justificación
del crítico, valiéndose de ella para juzgar en dónde
la obra no obedece las reglas del método: "Desarmar
un texto es buscar sus puntos débiles, inciertos, es un método
de antiinterpretación". Y de ahí que constate
la imposibilidad de entender la verdad de un texto.
Citó
varios libros obligados para el estudio de la deconstrucción,
entre ellos La interpretación de los sueños, de Sigmund
Freud, texto que, como muchos del fundador del psicoanálisis,
manifiesta que el mundo es lo que podemos decir de él. Asimismo,
el Curso de lingüística general, de Ferdinand de Saussure;
El grado cero de la escritura y Mitologías, de Roland Barthes;
De la gramatología, de Jacques Derrida; Las palabras y las
cosas, de Michel Foucault; Los cuatro conceptos fundamentales del
psicoanálisis, de Jacques Lacan, y La antropología
estructural, de Claude Lévi-Strauss.
Además,
hay libros netamente deconstruccionistas como El Quijote, ya que
se niega a sí mismo, y la obra de Jorge Luis Borges, donde
la ficción es mucho más que un personaje, escenario
o drama: ahí, un mundo completo puede existir en un escalón
o un grano de arena.
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