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El hombre, al adquirir conciencia sobre el
concepto vida-muerte, le atribuyó implicaciones con las fuerzas
sobrenaturales, y posteriormente derivó hacia la creencia de una
vida en el más allá, que constituye el sustento de las religiones.
Las evidencias arqueológicas apoyan tal esquema, siendo especialmente
ricas las manifestaciones de las culturas mesoamericanas, cuyas
tradiciones aún se mantienen vivas.
La exposición Muerte: un ciclo que no termina, es fruto de la reflexión
y preocupación sobre la suerte final del hombre, así como la posibilidad
de un tratamiento post mortem, una característica propia de nuestra
especie que data desde los albores de la humanidad.
Aquí son puestos de manifiestolos símbolos que devienen en el sincretismo
del cual somos producto. Se trata de una exposición fotográfica
cuyo objetivo es dar a conocer la cosmogonía de los pueblos precolombinos,
representada principalmente por monumentos, culturas y ofrendas,
al igual que su significado en la sociedad actual.
Muerte: un ciclo que no termina es un trabajo de investigación que
estuvo a cargo de los alumnos del séptimo semestre de la Facultad
de Antropología, opción Arqueología. Para su estructuración, ellos
recurrieron a diversos medios gráficos a fin de motivar la reflexión
acerca de la visión que se ha tenido de la muerte.
En la muestra gráfica hay ejemplos de arquitectura funeraria, quedando
así de manifiesto que el culto a los muertos dio origen a los cementerios,
como es el caso del encontrado en la zona arqueológica de Quihuiztlan,
cerca de Actopan. Hay también muestras de las ofrendas utilizadas
en los enterramientos prehispánicos, como las hechas en honor a
los guerreros muertos, y lápidas ornamentales. Sobresale la figura
de Mictlantecuhtli, señor del reino de los muertos, la cual fue
elaborada tomando como modelo la pieza que se exhibe en el Museo
de Antropología de Xalapa.
La exposición Muerte: un ciclo que no termina fue inaugurada el
pasado lunes 14 y estará abierta al público todo este mes en el
Auditorio "Jesús Morales Fernández" de la Unidad de Humanidades,
sita entre calles Francisco Moreno y Ezequiel Alatriste, colonia
Francisco Ferrer Guardia, en Xalapa.
La exposición Muerte: un ciclo que no termina, es fruto de
la reflexión y preocupación sobre la suerte final del hombre, así
como la posibilidad de un tratamiento post mortem, una característica
propia de nuestra especie que data desde los albores de la humanidad.
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