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¿Cómo
se mide la actividad neuronal? De acuerdo con estudios practicados
en monos usando técnicas invasivas, se tiene idea de la sensibilidad
que posee la "región visual VI" ante disparidades
absolutas. Esos primates, entrenados ex profeso para reportar que
están viendo un punto en el espacio, han aportado datos significativos
sobre cómo el cerebro humano es capaz de recobrar información
tridimensional a partir de las imágenes capturadas por las
retinas.
Tal
fue la idea central que desarrolló Héctor Gabriel
Acosta Mesa, al dictar, en el auditorio de la maestría en
Inteligencia Artificial de la UV, la conferencia "Evaluación
de la anatomía funcional del sistema de visión estetoscópica,
usando imágenes de resonancia magnética funcional
y modelado de ecuaciones estructurales".
Acosta
Mesa, quien actualmente está haciendo su tesis doctoral en
la Universidad de Sheffield, Inglaterra, bajo el título Functional
anatomy of stereoscopic visual process, habló sobre los estudios
de electrofisiología practicados en primates que han revelado
la sensibilidad de la "región visual VI" ante disparidades
absolutas, lo que sugiere que esta área puede utilizar un
primer procesamiento de información en movimiento, y nuevas
investigaciones ya constatan su sensitividad a disparidades verticales.
"El
cerebro -dijo- interpreta para dar forma y profundidad. Según
los resultados obtenidos con monos, se identifican varias áreas
que funcionan de manera diferente; algunas registran el movimiento,
iluminación, color o textura". Incluso ya se están
haciendo experimentos con una técnica especial para humanos,
denominada resonancia magnética funcional.
Agregó
que, de manera natural, nuestro mecanismo de visión es estéreo,
es decir, somos capaces de apreciar, a través de la visión
binocular, las diferentes distancias y volúmenes del entorno
que nos rodea. Los ojos, debido a su separación, obtienen
dos imágenes con pequeñas diferencias entre ellas,
y a eso se llama disparidad. Nuestro cerebro procesa ambas imágenes
y las interpreta de forma que percibimos la sensación de
profundidad, lejanía o cercanía de los objetos, y
a tal proceso se denomina estereopsis.
Cuando
miramos objetos muy lejanos, los ejes ópticos se alinean
de forma paralela, y en los cercanos giran para que estén
alineados sobre ellos, realizando una convergencia y, a su vez,
se produce la acomodación o enfoque para verlos nítidamente.
Ello recibe el nombre de fusión.
Sin
embargo, no todo el mundo tiene la misma capacidad de fusionar un
par de imágenes en una sola tridimensional; alrededor de
un cinco por ciento de la población presenta problemas para
llevar a cabo dicha acción. La agudeza estereoscópica
es la capacidad de discernir, mediante la estereopsis, detalles
situados en planos diferentes y a una distancia mínima; hay
una distancia límite a partir de la cual no somos capaces
de apreciar la separación de planos, la cual varía
de unas personas a otras.
Héctor
Gabriel Acosta Mesa es egresado de la primera generación
de la maestría en Inteligencia Artificial de la UV.
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