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Personajes:
Una mujer, 38 años.
Un joven, 25 años.
Un empleado, una vendedora,
más los pasajeros que van y
vienen en una estación.
Son
las cuatro de la tarde de hoy mismo en una estación de trenes
de cualquier ciudad.
(Entra
a la estación una mujer madura muy elegante, trae una maleta
y un bolso, con paso decidido se dirige hacia losandenes, en la
entrada muestra su boleto, el empleado le dice que su tren está
retrasado. Con gesto de fastidio, vuelve atrás, observa el
lugar con desdén, suspira, tendrá que esperar en ese
lugar que le incomoda. Sin más remedio, va hacia una pequeña
cafetería. Allí compra un café, unas galletas,
unas pastillas de menta y una revista de decoración de interiores,
guarda las cosas pequeñas en su bolso y camina en busca de
un sitio en donde entarse. Ningún lugar le convence hasta
que encuentra en un rincón una banquita para dos personas.
Se sienta, acomoda con escrúpulo atrás de sus tobillos
su maleta, cruza el asa de su bolso y coloca a un lado su café
mientras abre con atención la revista, da un sorbo, y así
trascurren algunos minutos.
Un
joven vestido con sencillez se sienta a su lado, al instante ella
repliega sus músculos recelosa y evade la mirada, casi quisiera
cubrirse toda la cara con la revista. El joven la ve con interés
y sospecha de sus temores. Ella se ha escondido detrás de
su revista, haciendo de ésta la muralla china que le impide
percatarse de todo lo que pasa al otro lado.
De
pronto, escucha el peculiar ruidito del papel celofán que
proviene de junto al vaso de su café, voltea y ve al joven
llevarse una galleta a la boca al tiempo que sus miradas chocan.
Se queda pasmada y aparta toda su atención de la revista;
sencillamente no da crédito de lo que en ese momento está
sucediendo. Después del desconcierto vuelve a su supuesta
lectura. Al poco rato el sonido vuelve, esta vez aparta al instante
la revista y voltea hacia el joven, quien mientras tanto saborea
la galleta. A manera de venganza, ella toma con decisión
y violencia una galleta y se la lleva a la boca al tiempo que finge
estar absorta en la revista. El joven levanta levemente los hombros
y sigue masticando, no ha terminado de hacerlo, cuando de nueva
cuenta toma otra galleta y ella rápidamente procede del mismo
modo pero con mayor saña. La situación es de dos niños
que midiendo su poder, juegan a ver quien toma y come más
rápido las galletas; un poco divertido él toma una
vez más otra galleta, ella hace lo mismo pero se da cuenta
que la envoltura está vacía
Él tiene
la última galleta en la mano, sosteniéndola sin llevársela
a la boca, ella lo mira con rabia, su cuerpo está totalmente
crispado y no desearía otra cosa más en el mundo que
matar a ese insolente. Él se limita a partir la galleta en
dos y le ofrece cortésmente una de las mitades. Al tiempo
que se la arrebata ella se levanta sacando de debajo del asiento
su maleta y emprende con resolución la huida, acaban de anunciar
su tren. Ella rápidamente lo aborda y se sienta junto a la
ventanilla tratando de recobrar la calma y la cordura.
El
tren inicia lentamente su partida, ella agudiza su atención
pues sabe que el tren pasará cerca del lugar donde estuvo
esperando, cuando esto sucede ve al atrevido que a su vez también
la ve y la saluda como diciéndole adiós. Ella se indigna,
y sin pensarlo, aprieta fuertemente su mano convirtiendo en polvo
la mitad de la galleta que llevaba. Se apresura a abrir su bolso
para sacar un pañuelo y al mirar al interior lo primero que
salta a sus ojos es un paquetito de galletas perfectamente cerrado,
se ha quedado paralizada con el paquete en la mano mientras el color
rojo cubre rápidamente su cara al tiempo que el tren se aleja
de la estación.)
Telón
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