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Si
caminamos por las calles de cualquier ciudad, es común encontrar
todo tipo de personas, México es un país cada vez
más cosmopolita, con una mayor representación de la
diversidad humana y dentro de esta gran diversidad, es factible
localizar a personas que pudieran tener las capacidades idóneas
para un alto rendimiento deportivo, señaló en entrevista
Juan Carlos Cortés Ruiz, antropólogo físico
adscrito a la Escuela Nacional Antropología e Historia (ENAH)
de la Ciudad de México.
Invitado a sustentar una conferencia dentro de las actividades del
IV Congreso Centroamericano de Antropología que se está
realizando en la Unidad de Humanidades, Cortés Ruiz explicó
que los estudios en antropología física están
dirigidos a analizar no sólo los componentes de la estructura
corporal de las personas, sino también a las poblaciones
vivas contemporáneas.
Respecto a la morfología y actividad física, tema
de su presentación, indicó que se están haciendo
investigaciones para conocer cuánto músculo y grasa
contiene la composición corporal de algunos atletas mexicanos
o de quienes se dedican a la práctica de algún deporte.
En estos estudios se ha empezado a reconocer la importancia no sólo
del peso y la talla de quienes hacen ejercicio, sino también
el porcentaje de grasa, un factor determinante que permite conocer
cuánto de ese peso es masa grasa y cuánto es masa
muscular.
Indicó que es preocupante que algunas federaciones y asociaciones
deportivas de nuestro país exijan que algunos atletas de
gimnasia conserven un peso determinado o un porcentaje de grasa
específico, sin reconocer que estos porcentajes van en contra
de las diferentes etapas de crecimiento y desarrollo del sujeto.
"No toman en cuenta que alrededor de los 11 años, en
el caso de las mujeres, empiezan a acumular masa grasa; tampoco
reconocen que en el caso de los hombres, los periodos de crecimiento
están asociados a los diferentes periodos naturales que permiten
que el crecimiento sea continuo".
Dijo que para que un atleta sea considerado de máximo rendimiento,
se necesita conjugar dos factores: una infraestructura que permita
realizar ejercicio con seguridad y un equipo técnico que
en todo momento verifique y dé seguimiento al desempeño
deportivo del atleta, situación que muchas asociaciones no
ven con agrado, de ahí que haya mal desempeño en las
competencias nacionales.
Agregó que la actividad del antropólogo físico
no ha sido muy difundida, sin embargo, la actividad como tal tuvo
un auge importante durante las olimpiadas de México 68, donde
se contó con toda la infraestructura y el apoyo institucional
necesario para hacer las investigaciones en este terreno.
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