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En la actualidad es común escuchar la palabra alergia, resistencia
bacteriana, virus mutados, infecciones persistentes, Sida... por
citar ejemplos; y es que cada vez vivimos en una sociedad que tiene
mejores situaciones saludables de vivienda en las zonas más
civilizadas, por lo que cuenta con la mayoría de recursos
intelectuales para contrarrestar y prevenir muchas de los padecimientos;
ahora bien, ¿Porqué muchas enfermedades alérgicas
han aumentado en los últimos años?, ¿porqué
muchas enfermedades infecciosas son más fuertes ahora que
en el pasado? La respuesta se encuentra en el exceso de higiene
y de cuidados como un factor que no hay que confundir con salud,
además de la contaminación y los cambios alimenticios.
Una
alergia es una enfermedad que se caracteriza por un aumento de la
sensibilidad de diversas sustancias que generalmente serían
inofensivas al organismo de la mayoría de las gentes, esto
se debe a una falta del sistema inmunológico, encargado de
la defensa del organismo.
Normalmente, frente a macromoléculas extrañas, células
transformadas, virus, bacterias y otros organismos invasores, las
reacciones inmunológicas hacen que en el organismo, al ser
infectado, produzca anticuerpos, es decir, armas para contrarrestar
dichos factores frente a sus ataques presentes y posiblemente futuros,
he aquí el fundamento de las vacunas.
Pero,
cuando el sistema inmunológico no sabe diferenciar entre
una sustancia nociva de una inocua se produce una reacción
conocida como alergia. Los síntomas dependen de donde se
lleve a cabo dicha reacción. El factor desencadenante de
una reacción inmunitaria se llama antígeno y en una
reacción alérgica recibe el nombre de alérgeno,
y puede entrar en nosotros de varias formas: inhalado en forma de
polvo o polen, ingerido al comer clara de huevo o mariscos, inyectado
como sucede con la penicilina o incluso actuar al contacto con el
cuerpo, como sucede con la lana o ciertas temperaturas.
El
uso diario de ciertos jabones y otros productos especiales para
limpiarnos, los antibióticos, el exceso de higiene y de muchos
otros cuidados hacen que nuestro sistema inmunitario se vuelva ineficaz
al no producir los anticuerpos indispensables para no desarrollar
una infección o una alergia tan fácilmente, aclaro
que esto no implica que debamos estar en condiciones insalubres
para después ser saludables.
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