Año 2 • No. 54 •marzo 4 de 2001 Xalapa • Veracruz • México
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Higiene no siempre es igual a salud
Juan Carlos Chávez Q. (Facultad de Medicina-Xalapa)

 

En la actualidad es común escuchar la palabra alergia, resistencia bacteriana, virus mutados, infecciones persistentes, Sida... por citar ejemplos; y es que cada vez vivimos en una sociedad que tiene mejores situaciones saludables de vivienda en las zonas más civilizadas, por lo que cuenta con la mayoría de recursos intelectuales para contrarrestar y prevenir muchas de los padecimientos; ahora bien, ¿Porqué muchas enfermedades alérgicas han aumentado en los últimos años?, ¿porqué muchas enfermedades infecciosas son más fuertes ahora que en el pasado? La respuesta se encuentra en el exceso de higiene y de cuidados como un factor que no hay que confundir con salud, además de la contaminación y los cambios alimenticios.

Una alergia es una enfermedad que se caracteriza por un aumento de la sensibilidad de diversas sustancias que generalmente serían inofensivas al organismo de la mayoría de las gentes, esto se debe a una falta del sistema inmunológico, encargado de la defensa del organismo.
Normalmente, frente a macromoléculas extrañas, células transformadas, virus, bacterias y otros organismos invasores, las reacciones inmunológicas hacen que en el organismo, al ser infectado, produzca anticuerpos, es decir, armas para contrarrestar dichos factores frente a sus ataques presentes y posiblemente futuros, he aquí el fundamento de las vacunas.

Pero, cuando el sistema inmunológico no sabe diferenciar entre una sustancia nociva de una inocua se produce una reacción conocida como alergia. Los síntomas dependen de donde se lleve a cabo dicha reacción. El factor desencadenante de una reacción inmunitaria se llama antígeno y en una reacción alérgica recibe el nombre de alérgeno, y puede entrar en nosotros de varias formas: inhalado en forma de polvo o polen, ingerido al comer clara de huevo o mariscos, inyectado como sucede con la penicilina o incluso actuar al contacto con el cuerpo, como sucede con la lana o ciertas temperaturas.

El uso diario de ciertos jabones y otros productos especiales para limpiarnos, los antibióticos, el exceso de higiene y de muchos otros cuidados hacen que nuestro sistema inmunitario se vuelva ineficaz al no producir los anticuerpos indispensables para no desarrollar una infección o una alergia tan fácilmente, aclaro que esto no implica que debamos estar en condiciones insalubres para después ser saludables.