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Experiencia
en restauración
que conquistó Europa
Gina Sotelo |
Aunque podría
parecer descabellada la idea de elaborar braseros ceremoniales,
sacerdotes o dioses, figuras silbato o piezas monumentales prehispánicas
en pleno siglo xxi, no lo es tanto cuando se le imprime el carácter
lúdico a la acción. Entonces se pasa de ser meros
reproductores de la antigua cerámica a aprendices de las
técnicas que por centenares de años han fascinado
a la humanidad.
La experiencia de más de 40 años en restauración
de Brígido Lara Lara conquistó el continente europeo
gracias al curso taller Cerámica prehispánica de Veracruz,
que ofreció a un grupo de ceramistas y artistas con especialidad
en escultura y restauración ofrecido en el Museo Nacional
de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí
para la Universidad Politécnica de Valencia en España.
El objetivo de este taller fue el de acercar a los alumnos a las
técnicas prehispánicas, abarcando desde los antecedentes
históricos, las técnicas prehispánicas y artesanía
contemporánea e interpretación artística de
modelos prehispánicos.
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Brígido Lara. |
El
taller, dirigido a alumnos de la Escuela Nacional de Bellas Artes
y la Escuela Nacional de Cerámica coordinado por Dolores
Pineda Campos, fue sólo una muestra de la grandeza de nuestras
culturas antiguas y de las joyas arqueológicas que las integran.
Por sus características lo integraron únicamente 15
profesionistas seleccionados. Gracias a la respuesta obtenida se contempla
la posibilidad de ofrecer un nuevo taller en el 2003.
Pineda Campos mencionó que el curso taller se ofrece como resultado
de la participación de la Universidad Veracruzana en el forum
unesco –institución que vela por la conservación
del patrimonio con sedes en todas partes del mundo–y el interés
de difundir algo de nuestra riqueza cultural veracruzana. |
Brígido
Lara Lara es un reconocido restaurador internacional, cuyas piezas
fueron saliendo de México poco a poco hasta llegar a ser
expuestas en importantes museos del mundo, haciendo casi imposible
la diferenciación con las auténticas.
Lara Lara ha dedicado gran parte de su vida al modelado y a la restauración
de la cerámica prehispánica. De su encuentro con los
jóvenes españoles se siente afortunado por haber tenido
la oportunidad de intercambiar experiencias con especialistas en
diferentes técnicas que, a pesar de contar con los conocimientos
históricos de las culturas antiguas de mesoamérica,
desconocían totalmente los procesos de elaboración:
“Tuve la oportunidad de enseñarles el modelado del
barro veracruzano, un barro que tiene una accesabilidad y flexibilidad
especial. Para ellos fue una sorpresa el poder modelar de una forma
distinta a la que ellos conocen”. Esto opinó el restaurador,
quien incluso modeló esculturas de hasta dos metros de altura
para que los estudiantes conocieran la técnica.
La relación cultural entre México y España
data de siglos, y a pesar del éxito del restaurador en España
no deja su país: “aunque me ofrecieron trabajar por
allá, yo aquí tengo mis raíces bien cimentadas”.
Brígido Lara Lara descubrió su vocación a los
nueve años de edad, cuando en Tlalixcoyan, Veracruz descubrió
fragmentos y figurillas completas de antiguas civilizaciones que
llamaron su atención y que despertaron su interés
por reproducirlas. Gracias a la tierra, pigmentos y su habilidad
manual replicó piezas pequeñas que con el tiempo despertaron
interés y demanda por parte de quienes valoraban su trabajo.
La controversia vino más tarde, cuando sus dioses de tamaño
natural fueron extraídos ilegalmente y empezaron a cotizarse
en el mercado de arte mundial.
Gracias a su natural talento, en 1975 siendo Alfonso Medellín
Zenil director del Museo de Antropología de Xalapa, Lara
Lara fue contratado como restaurador de esta institución,
donde labora hasta la fecha. Es uno de los pocos especialistas del
arte precolombino en todo el mundo capaz de reconocer una obra falsa
de una verdadera.
Su visita a España no ha sido la única solicitud que
ha recibido para compartir sus conocimientos en el extranjero pero
sí, es la primera vez que acepta el reto.
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