Año 2 • No. 65 • junio 10 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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Rius: ¿para cuerdos?
Gina Sotelo
En 1999 Eduardo del Río García, Rius, celebró la publicación de su libro número 100, titulado Filatelia para cuerdos, logro del caricaturista mexicano que –en un país en el que poco se lee– representa un verdadero récord. Sin embargo, muchas de las veces se ha desdeñado su extensa obra, calificándola como de poco valor, pero ciertamente, la diversidad temática que maneja, su forma de abordarla y sus posturas ideológicas, son claro ejemplo de una riqueza, variedad e influencia unica en un monero.
Cumpliendo con creces las expectativas de seguidores y admiradores llego a Xalapa Eduardo del Río García Rius para participar en la Primera Feria del Comic organizada por alumnas de la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas de la Universidad Veracruzana. Rius no era el único invitado, pero si el más esperado del evento, le leyenda viva que bien valía la pena esperar. En medio de risas y aplausos por parte de un nutrido grupo de asistentes, en su mayoría jóvenes que gracias a la influencia de sus padres se convirtieron en adeptos de Rius, el historietísta habló de sus inicios en el mundo de la farándula.
Nacido en Zamora, Michoacán, en 1934. De formación básicamente seminarista y autodidacta, empezó a publicar sus primeras caricaturas en 1955 en la revista Ja-Já. Desde entonces, ha colaborado en casi todas las revistas importantes de México, como Proceso, Siempre!, Sucesos o Política; en periódicos tanto derechistas como de izquierda: El Universal, Ovaciones, La Prensa o La Jornada. Ha creado revistas de humor político y blanco: La Gallina, Marca Diablo, El Chahuistle y El Chamuco. Así habla el buen Rius:
“Yo me hice caricaturista por pura chiripada. La profesión que me sugería mi mamá y mis hermanos era ingresar al
seminario. De hecho nos metimos al seminario con la ilusión de mi madre de que yo me volviera obispo y así asegurar el futuro de toda la familia en el cielo y en la tierra. Sabiamente la iglesia católica me corrió a tiempo del seminario y entonces en vez de papa acabé de camote”.
De sus inicios como historietísta comenta: “El trabajo más lucrativo que encontré fue en la funeraria Gayosso. Entré ahí engañando a mi mamá, pues le dije que me habían contratado como Gerente de Comunicaciones y sólo era el telefonista. Como tenía mucho tiempo libre y de lo que se trataba era de matar el tiempo me ponía a hacer dibujitos a pesar de que los dueños de la funeraria me habían propuesto mandarme a estudiar en Estados Unidos embalsamamiento de cadáveres”.
Un día el director de la Revista Ja-Ja - revista que se leía sobre todo en las peluquerías –vio sus dibujos y le solicitó unos chistes para publicarlos: “A la semana ya estaba yo comenzando mi carrera de caricaturísta, le llevé varios kilos de caricaturas a cual más babosas. Para ese entonces me había ya vuelto medio marxista, medio comunista, medio ateo, medio vegetariano, entonces en ningún periódico me admitían como caricaturista. Decepcionado de la caricatura y pensando seriamente dedicarme a otra cosa como vender jabones recibí la invitación de hacer historietas”.
Uno de sus mayores éxitos fue la historieta Los Supermachos, con la cual empezó a acercarse al pueblo, combinando el humor y la política. El éxito fue inusitado, alcanzándose un tiraje semanal de 250 mil ejemplares. El editor de la revista, presionado por el gobierno, le quitó los personajes a Rius, quien se vio obligado a fundar un nuevo comic: Los Agachados.
En esta revista Rius abordó, de 1968 a 1981, todos los temas imaginables: política, religión, sexo, música, futbol, economía, filosofía, historia, ecología, vegetarianismo y naturismo, física, etcétera. Con esto, formó una fuente de material importante, el cual recurrentemente utiliza, revisándolo y corrigiéndolo, para hacer sus libros. Se puede afirmar que el 20 por ciento del material utilizado en los libros de Rius se publicó previamente en Los Agachados o tuvo su origen basándose en algún ejemplar del mismo: “Fue gracias a la imperiosa necesidad de comer tres veces al día que a la semana ya había presentado el plan de hacer Los Supermachos y así demostré que muchas cosas se pueden lograr con la inspiración del Espíritu Santo”.
Rius, de formación académica religiosa –con los jesuitas y los salesianos–, terminó abandonando el catolicismo a pesar de su origen y tradiciones familiares. Desde sus inicios en la caricatura, su agnosticismo lo distinguió. En 1968, en algunos de los primeros números de su historieta Los Agachados, abordó un tema tabú: la figura de Jesucristo. Toma las teorías provenientes de Europa o Norteamérica, en las cuales se dudaba de la divinidad de Jesús, y se le relacionaba con guerrillas palestinas, el gnosticismo, los esenios, e inclusive, con extraterrestres.
“En toda mi vida de historietista, en la que hice más de 400 ejemplares de revistas nunca la hice de manera tradicional o lógica. Que es a partir de un libreto, script o argumento y por eso nunca pude tener ayudantes. Normalmente la historieta se hace como parte de un equipo de gente: uno piensa el argumento, otro escribe, otro traza con lápiz, otro entinta y otro pone el color. Yo pendejamente no sabía eso y todo lo tenía que hacer solito. Aún no se como logré terminar 400 números de historietas sin pasar por todos los pasos tradicionales. Yo no tenía ni el oficio ni la experiencia y sin embargo no sé como llegué aquí. Mi trabajo se hace en la intimidad de mi casa. La gente cree que los humoristas somos gente muy divertida, pero yo creo que no tengo el humor de otros. Si Dios no les dio alas a los alacranes, a lo mejor fue por algo.
A pesar de ello, Rius ha reconocido su creencia en Dios (apunta en su  memorias “más que ateo (...) me considero irreligioso”), pero está convencido de que las religiones son empresas financieras, las cuales obtienen sus activos al aprovecharse de la gente y su miedo natural a morir.
Con una sencillez propia de los grandes, Rius se despidió de sus seguidores en Xalapa con una frase contundente: “Gracias por la oportunidad que me dieron de hacer el ridículo”. Y así se despidió de los jóvenes asistentes. La Feria del Comic tuvo lugar en el Centro Recreativo el pasado 1 de junio.