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Carta
desde el foro
Más
sobre el casting eterno |
Estimado
Álvaro:
Quisiera tener la oportunidad de contestar, por única vez,
una nota del periódico universitario
UniVerso, que tan atinadamente diriges, para que en su debida oportunidad
la hicieras del
conocimiento del autor de la misma, publicándola en el espacio
que nos brinda UniVerso a todos los universitarios. La nota se
llama “El Casting Eterno” que apareció en el número
64, del 3 de junio del año en curso, en este periódico
y se refiere a un proyecto de los Talleres Libres de Actuación,
dependientes de la Organización Teatral de la Universidad Veracruzana
(Orteuv)
El proyecto Llanto de Crisálidas nace con realización
de un Taller Libre de Actuación convocado por la Orteuv durante
los meses comprendidos entre marzo y septiembre de 2001. En ese taller
participaron más de una veintena de mujeres jóvenes
de diferentes sectores sociales con el objetivo básico de conocer
diferentes métodos de actuación y acercarse al quehacer
teatral
desde las múltiples perspectivas que lo han modelado a lo largo
de los siglos.
Uno de los mejores resultados del taller fue la elaboración
de un texto dramático que comparte el nombre del presente proyecto,
Llanto de crisálidas. La obra sucede en una ciudad de provincia
latinoamericana, sede de una universidad con cierto renombre, donde
conviven, en un pequeño departamento, seis mujeres jóvenes.
Esta forma de trabajo, que no es nueva en la historia de la dramaturgia,
nos ha permitido crear un nuevo texto dramático que es muestra
de los pensamientos, contradicciones, conflictos y quizá sueños
e ideales de la juventud latinoamericana. Consideramos de vital importancia
la posibilidad de participación de un sector de la población
que, buscando su crecimiento ideológico y estético,
se plantee el estudio, el ejercicio y la utilización del arte
como un instrumento de análisis y estrategia en su lucha, no
por ganarse su papel en la historia, sino en vías de lograr
un espacio de libertad para todos. Las reflexiones finales del proyecto
nos plantean la universalidad de la obra dramática. Ello es
casi imposible definir, pero de lo que estamos completamente seguros
es que la problemática mostrada abarca a una parte importante
de la población femenina en toda la América Latina. |
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Una
vez explicado el proyecto, es evidente que no se podría exponer
a una participante al taller de 40 años o más que aspira
a entender y manejar los principios básicos de la actuación
para que haga la
caracterización de una joven de 18 cuyo objetivo en la vida
es cursar la licenciatura en Letras Españolas
O bien, a un hombre de cualquier edad para que construya un personaje
femenino en plena adolescencia con un 100
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por
ciento de verosimilitud sin que caiga en el más absoluto ridículo.
Los Talleres Libres de Actuación están perfectamente
definidos por su nombre y son la oportunidad que brindan los programas
de extensión universitaria a la comunidad y, a lo largo
de sus más de 20 años de existencia, han llevado a cabo
montajes y funciones teatrales de gran calidad estética,
abiertas al público con destacados alumnos ahora brillantes
profesionales, no sólo en las disciplinas artísticas
y que dejaron una indeleble huella en los talleres. Han
servido también para auxiliar a aspirantes a ingresar a la
Facultad de Teatro por medio de asesorías. Este trabajo
se diferencia radicalmente de otros proyectos teatrales donde los
actores se ven obligados, perdón, invitados a hacer castings
a “directores” que, como fruto de ciertos padrinazgos
que no nos interesa definir, toman los conceptos e ideas de esos actores
para solucionar sus montajes encargados.
Agradecemos la invitación que se nos da para acercarnos a conocer
la historia del teatro y no ser unos burros ignorantes, pero quisiéramos
también señalar que nuestra Universidad, antes de la
creación de la Infantería Teatral –de la cual
somos orgullosos cofundadores– en 1980, ya se había dado
a la tarea de crear y difundir teatro mexicano como lo hicieron, en
su momento y en sus países, dramaturgos como Shakespeare y
Moliere, entre tantos otros. Espero que el resultado de estos humildes
intentos puedan ser calificados por los universitarios y por la comunidad
en general en su debido momento.
Quisiera resaltar también la invitación que nos hace
de visitar nuevamente ese extraordinario centro de información
teatral que es Candileja y en el cual, seguramente, el autor de la
nota seleccionó las obras con las que ha competido en los festivales
de teatro amateur y en los cuales, la memoria me falla, ha de haber
obtenido excelentes resultados a su invaluable trabajo profesional.
No nos resta ya sino agradecerte que mantengas el anuncio en cuestión,
debido a que el reparto aún no se completa a la total satisfacción
del equipo y queda abierta la invitación a las interesadas
en el quehacer teatral (que no actrices, corrigiendo un error de redacción
de alguna bien intencionada promotora o secretaria) para que participen
en esta y otras actividades que aquí se publicitan.
Y para nuestro entusiasta columnista no me queda sino agregar que
el día que aparezca una nota que diga: “Se requiere la
asesoría de un maestro y director teatral profesional que participe
con su docto juicio estético en los exámenes de admisión
de los aspirantes a ingresar a la Facultad de Teatro, que al mismo
tiempo compita en los festivales amateurs para enriquecer su brillante
curriculum, además de ser un conocedor profundo en la historia
universal del teatro y de los lugares y fuentes para su investigación
y que además realice castings a actores que, obligados por
su chamba, se ven en la necesidad de presentarlos”, que por
favor no se comunique. Hace mucho tiempo ya sabemos quién es.
Arturo Mesenguer L.
Talleres Libres de Actuación |
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