laboratorio para conocer cómo su cerebro y su sistema nervioso en general modulan su conducta.
Y es que, aseguró Coria, la uv es muy reconocida en el área biológica, lo que confirmó en las dos estancias de investigación que hizo hace algunos meses en aquella universidad, que también está interesada en el estudio que el Instituto de Neuroetología realiza en monos.
Incluso, destacó, hay muchos estudiantes extranjeros que llegan de Europa y de Sudamérica para investigar en las zonas selváticas de la entidad la conducta de algunos animales nativos en diversos hábitat.
La finalidad de dichos estudios, mencionó el joven investigador, es aplicarlos en seres humanos en un futuro a fin de mejorar la calidad de vida, o bien para descubrir nuevos medicamentos y tratamientos que en general conlleven un beneficio.
Adviertió que la Neuroetología considera el estudio de animales por el solo hecho fascinante de estudiarlos, dado que hay ciertas conductas en ellos que no tienen ninguna aplicación directa en los humanos.
Sin embargo, agregó que el hecho de conocer el mecanismo en los animales ayuda a comprender cómo el ser humano ha evolucionado con respecto a los animales que también han ido adquiriendo características, tanto morfológicas como fisiológicas y conductuales, que los han hecho adaptarse al medio donde habitan.
Entusiasmado, Coria contó que la oportunidad de continuar sus estudios en Canadá tuvo que ver con el hecho de que el Instituto de Neuroetología tiene vínculos con universidades extranjeras en cuyos congresos se presentan ponencias orales y carteles que dan la posibilidad de establecer contacto con investigadores de talla internacional.
“Fue en una de esas presentaciones que pude platicar con un investigador de Montreal y a través del Conacyt solicité la beca que posteriormente obtuve junto con otros 799 investigadores del país”.
Genaro Coria trabaja actualmente en el estudio de la competencia espermática y la conducta sexual en algunas especies que van desde los insectos hasta los seres humanos. Su idea es cursar el doctorado en Neurobiología de la conducta y avanzar en la investigación de las áreas cerebrales de las hembras y cómo modulan su conducta sexual cuando tienen que elegir entre dos machos.
Aseguró que al término de sus estudios su deseo es regresar a Veracruz: “De hecho, mi visión está puesta en este Instituto con las mismas personas que he trabajado durante la maestría y colaborar ya no como estudiante sino como colega de los que fueron mis maestros, para mantener muy en alto el nombre de mi alma mater, con lo que de algún modo le retribuyo la formación académica que me dio para llegar al lugar donde estoy”. (Ylia Ortiz Lizardi)