“La
crisis de Argentina debe llevar a la reflexión a los países
latinoamericanos, porque no sólo refleja el problema de aquel
país, sino que se relaciona con la constitución de
la modernidad en la gran mayoría de América Latina
y las consecuencias que ésta conlleva”.
Así se expresó Miguel Ángel Haiquel, al hacer
un análisis –nada sencillo– de la situación
que enfrenta en este momento su país natal, reflexiones de
donde parten sus estudios doctorales que cursa actualmente en la
Universidad Veracruzana, como integrante del Doctorado en Historia
Social Contemporánea.
Una parte importante resulta su estudio comparativo entre Argentina
y México, que lo llevó |
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a
la conclusión de que, si bien sus realidades particulares
históricas que en los siglos xix y xx parecen tener tendencias
divergentes, a principios del siglo XXI “presentan una fuerte
convergencia en cuanto a su configuración cultural, a sus
perspectivas históricas de largo plazo e integración
en el mundo”.
Así, el ejemplo de un fenómeno tan impactante como
es la crisis argentina, pone en evidencia el panorama internacional
que, según Haiquel, permite ver cómo “muchos
mitos de la cooperación internacional se vienen abajo, sobre
todo en situaciones críticas”.
Como ejemplo tomó el caso mexicano: “Cuando este país
tuvo su crisis en 1994, el gobierno de Bill Clinton puso una masa
de dólares significativa que efectivamente paró la
crisis, claro, a cambio de una ‘hipoteca’ del petróleo
mexicano, es decir, no fue una ayuda solidaria”. Para Haiquel,
razonamientos como éste deben ayudarnos a analizar “cuáles
son las estrategias a las que los países latinoamericanos
pueden apostar sobre la base de sus propias fuerzas, porque lo que
queda claro –luego de la crisis argentina– es que nadie
puede construir sobre promesas que realizan terceros países”.
Después de exponer las distintas situaciones que atravesó
Argentina durante más de 20 años, criticó la
gran entrada de capitales que permitieron –en la primera parte
del gobierno de Carlos Saúl Menem–, una bonanza ‘ficticia’
que llevó al país a una verdadera crisis, cuando esos
que entraron especulativamente a la bolsa se retiraron.
Luego de estas desafortunadas experiencias, los países latinoamericanos
deben procurar procesos económicos “autocentrados”,
es decir, apostar sobre la base de sus propias fuerzas: “las
estrategias de integración de países tienen que contemplar
ciertos realismos en cuanto a no partir de la base de que entremos
en una relación de igualdad, porque no es así”,
para lograrlo –mencionó– son necesarias algunas
estrategias como el fortalecimiento del mercado y ahorro interno,
entre otras.
Habló también de la impunidad que impera en muchos
países –que a su vez genera corrupción–
y de cómo a final de cuentas, cuando llegan las crisis, la
impunidad no importa: “Cualquier empresario en Argentina que
creyó en la época de Domingo Cavallo ( Ministro de
Economía) que aunque despidiera a los trabajadores seguiría
teniendo su negocio, hoy está comprobando que si los argentinos
no tienen trabajo ni sueldo, él, como empresario, no le vende
a nadie, y si no tiene la escala económica para cerrar en
Argentina y llevar su filial a otro país se le terminó
el negocio... y si los dirigentes locales no tienen legitimidad
en su país se les terminó la dirigencia; es decir,
hay una ficción de que si alguien hace algo que le beneficia
individualmente, sin importar a quien afecte, sale bien librado,
pero eso es mentira, porque finalmente todos estamos en el mismo
barco”.
Miguel Ángel Haiquel es licenciado en Arquitectura, docente
de Trabajo Social y Comunicación Social, maestro en Desarrollo
regional por la uv, y cursa actualmente el doctorado en Historia
Social Contemporánea (Universidad del País Vasco,
España-uv), ha publicado diferentes artículos en Argentina
y México, su desempeño como investigador y académico
es notable en ambos países.
En nuestra casa de estudios participó como docente de 1980
a 1987, y fue director de la Facultad de Sociología durante
más de un año (1985 a 1986). |