Año 2 • No. 68 • julio 1 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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Un delicioso veneno
Heriberto G. Contreras Garibay

Alrededor de las tres de la tarde nuestro reloj biológico hace funcionar nuestros jugos gástricos, los intestinos; la boca comienza a salivar y de pronto el cerebro se ve en medio de una emboscada en el que olores y sabores son los villanos más ruines que lo atormentan a donde quiera que trate de escapar. En pocas palabras, sentimos hambre y nuestro cuerpo pide más combustible para llenar el tanque y poder seguir con sus funciones.
De inmediato corremos a casa, abrimos el refrigerador, tomamos lechuga, betabel, apio, cebolla, tomate, aceite de oliva o mayonesa baja en grasas y nos preparamos una nutritiva y deliciosa ensalada de vegetales. “Ahora cuéntame una de vaqueros” dijeran por ahí.
No es cierto, son contados los casos en los que eso sucede; la realidad es que corremos a la tienda más cercana y optamos por unas deliciosas frituras de maíz, cacahuates y las más famosas de todas, las papas, de las que precisamente les voy a contar.
Y es que científicos noruegos confirmaron los resultados de una investigación según la cual los alimentos fritos contienen una sustancia cancerígena. La Agencia para el Control de Alimentos de Noruega dijo que su estudio indicaba que las elevadas concentraciones de acrilamida en las comidas fritas causaron 30 casos de cáncer el año pasado entre los 4.5 millones de habitantes del país nórdico.
Un estudio similar elaborado en Suecia reveló el mes pasado que las papas fritas, las galletas y el pan contenían cantidades demasiado elevadas de acrilamida, una sustancia que se forma en grandes concentraciones cuando se fríen u hornean alimentos ricos en carbohidratos.
Corremos a casa, abrimos el refrigerador, tomamos
lechuga, betabel, apio, cebolla, tomate, aceite de oliva
o mayonesa baja en grasas y nos preparamos una
nutritiva y deliciosa ensalada de vegetales...
La agencia noruega dijo que su estudio obtuvo los mismos resultados que el sueco y otra investigación británica posterior. Los investigadores suecos consideraron tan sorprendentes los resultados que los hicieron públicos antes de que otros científicos tuviesen tiempo de revisar su estudio.
Ante tal situación, hasta que se produzca un nuevo aviso, la Agencia para el Control de Alimentos de Noruega recomienda a la gente que siga una dieta variada y que no fría mucho la comida, y aunque estos  alimentos no parecen ser muy peligrosos si se comen en pequeñas cantidades, los grandes consumidores deberían reducir un poco su ingestión. 
De los alimentos estudiados, las papas fritas fueron los que tuvieron el mayor nivel de acrilamida, 90 veces más que el pan, que presentó la mayor concentración de este elemento entre los alimentos analizados.
Además, las autoridades indicaron que hubo grandes diferencias entre las marcas, lo que indica que las técnicas de producción pueden reducir los niveles de acrilamida de un producto.
El director de la Agencia para el Control de Alimentos de Noruega, Gunnar Jorfdfald señaló que esa dependencia mantiene un intenso diálogo con los productores de alimentos, quienes han informado que están trabajando activamente para reducir los niveles de acrilamida en la comida noruega, sin embargo aún no hay nada concreto, por lo que la alerta sigue en pie.
Así que ya lo sabes, al fin y al cabo las papas y frituras seguramente son iguales en todo el mundo; es muy probable que cambien de nombres o formas, pero los procesos de elaboración siguen siendo los mismos, por lo que píenselo dos veces; ensalada o botanitas, usted tiene la mejor elección.

Con información de
Dallas News, ap y Times de Londres