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Un
delicioso veneno
Heriberto G. Contreras Garibay |
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Alrededor
de las tres de la tarde nuestro reloj biológico hace funcionar
nuestros jugos gástricos, los intestinos; la boca comienza
a salivar y de pronto el cerebro se ve en medio de una emboscada en
el que olores y sabores son los villanos más ruines que lo
atormentan a donde quiera que trate de escapar. En pocas palabras,
sentimos hambre y nuestro cuerpo pide más combustible para
llenar el tanque y poder seguir con sus funciones. |
De
inmediato corremos a casa, abrimos el refrigerador, tomamos lechuga,
betabel, apio, cebolla, tomate, aceite de oliva o mayonesa baja en
grasas y nos preparamos una nutritiva y deliciosa ensalada de
vegetales. “Ahora cuéntame una de vaqueros” dijeran
por ahí.
No es cierto, son contados los casos en los que eso sucede; la realidad
es que corremos a la tienda más cercana y optamos por unas
deliciosas frituras de maíz, cacahuates y las más famosas
de todas, las papas, de las que precisamente les voy a contar.
Y es que científicos noruegos confirmaron los resultados de
una investigación según la cual los alimentos fritos contienen
una sustancia cancerígena. La Agencia para el Control de Alimentos
de Noruega dijo que su estudio indicaba que las elevadas concentraciones
de acrilamida en las comidas fritas causaron 30 casos de cáncer
el año pasado entre los 4.5 millones de habitantes del país
nórdico.
Un estudio similar elaborado en Suecia reveló el mes pasado
que las papas fritas, las galletas y el pan contenían cantidades
demasiado elevadas de acrilamida, una sustancia que se forma en grandes
concentraciones cuando se fríen u hornean alimentos ricos en
carbohidratos. |
Corremos
a casa, abrimos el refrigerador, tomamos
lechuga, betabel, apio, cebolla, tomate, aceite de oliva
o mayonesa baja en grasas y nos preparamos una
nutritiva y deliciosa ensalada de vegetales... |
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La
agencia noruega dijo que su estudio obtuvo los mismos resultados que
el sueco y otra investigación británica posterior. Los
investigadores suecos consideraron tan sorprendentes los resultados
que los hicieron públicos antes de que otros científicos
tuviesen tiempo de revisar su estudio.
Ante tal situación, hasta que se produzca un nuevo aviso, la
Agencia para el Control de Alimentos de Noruega recomienda a la gente
que siga una dieta variada y que no fría mucho la comida, y
aunque estos alimentos no parecen ser muy peligrosos si se comen
en pequeñas cantidades, los grandes consumidores deberían
reducir un poco su ingestión.
De los alimentos estudiados, las papas fritas fueron los que tuvieron
el mayor nivel de acrilamida, 90 veces más que el pan, que
presentó la mayor concentración de este elemento entre
los alimentos analizados.
Además, las autoridades indicaron que hubo grandes diferencias
entre las marcas, lo que indica que las técnicas de producción
pueden reducir los niveles de acrilamida de un producto.
El director de la Agencia para el Control de Alimentos de Noruega,
Gunnar Jorfdfald señaló que esa dependencia mantiene
un intenso diálogo con los productores de alimentos, quienes
han informado que están trabajando activamente para reducir
los niveles de acrilamida en la comida noruega, sin embargo aún
no hay nada concreto, por lo que la alerta sigue en pie.
Así que ya lo sabes, al fin y al cabo las papas y frituras
seguramente son iguales en todo el mundo; es muy probable que cambien
de nombres o formas, pero los procesos de elaboración siguen
siendo los mismos, por lo que píenselo dos veces; ensalada
o botanitas, usted tiene la mejor elección.
Con información de
Dallas News, ap y Times de Londres |
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