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Guerra
de cerebros
Heriberto G. Contreras y
Leticia Garibay |
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En
nuestro país escuchamos a diario o al menos muy a menudo, que
nuestros mejores investigadores se van a otros países, principalmente
a los Estados Unidos, por falta de apoyo a su trabajo; no existen
las instalaciones adecuadas o no hay presupuesto entre un sin fin
de obstáculos a los que se enfrentan.
Pero esta situación, si no es igual en dimensiones, sí
se presenta con semejanzas en Europa, y para muestra basta un botón.
Seis galardonados con el Premio Nobel criticaron la política
de la Unión Europea (ue) con respecto a la ciencia y pidieron
más fondos dedicados a la investigación para evitar
la fuga de cerebros hacia los Estados Unidos.
Los galardonados que firmaron la carta fueron nada menos que el francés
Georges Charpak, premio Nobel de física en 1992; el italiano
Carlo Rubbia, Nobel de física en 1984; el británico
Aaron Klug, Nobel de química en 1982, y tres ganadores del
Nobel de medicina: el sueco Bengt Samuelsson en 1982, la italiana
Rita Levi-Montalcini en 1986 y el belga Christian de Duve en 1974.
La fuga de cerebros se está dejando sentir en la mayoría
de países de la ue, dijeron los premiados y otros científicos
europeos en una carta dirigida a los líderes de la Unión
Europea. Demandaron que la ue doblara las inversiones actuales
en investigación y desarrollo si realmente quiere cumplir el
objetivo propuesto de crear la más competitiva economía
basada en el conocimiento para 2010.
Según los galardonados, el objetivo actual de la ue de incrementar
los gastos en investigación y desarrollo en tres por ciento
del Producto Interno Bruto del bloque para el 2010, desde el dos por
ciento actual, es insuficiente. Los planes de gasto de la ue son insuficientes
incluso para frenar el relativo retroceso de la capacidad científica
europea, y no digamos si quiere alcanzar y superar a Estados Unidos,
señalaron los redactores de la misiva. |
Muchos científicos
europeos se marchan a Estados Unidos atraídos por sus
recursos e instalaciones, lo que ha permitido que el país
norteamericano haya obtenido el mayor número
de premios Nobel de ciencia desde la década de los
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Muchos
científicos europeos se marchan a Estados Unidos atraídos
por sus recursos e instalaciones, lo que ha permitido que el país
norteamericano haya obtenido el mayor número de premios Nobel
de ciencia desde la década de los cincuenta.
De momento se nos viene a la mente el caso del mexicano Mario Molina,
quien ganó este galardón en el área de química
en el año de 1995, por sus estudios sobre la composición
química de la atmósfera, principalmente el ozono.
La investigación la llevó a cabo en el Instituto Tecnológico
de Massachusetts y pudo haber desarrollado su trabajo en nuestro
país de haber contado con el interés y apoyos necesarios.
Así que la guerra por mantener a los cerebros en casa no
es sólo de nuestro país o de América Latina
en general; habrá que luchar fuerte para anotarse una victoria,
sin embargo, nuestro rival ahora hasta en el futbol nos gana.
Con información de
N obel.se Reuters y DPA |
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