Año 2 • No. 69 • julio 8 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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Conoce nuestra tercera raíz
Emma Cuéllar de la Torre (Facultad de Letras)

La cultura afroamericana está conformada por varios países de América y el Caribe, pero existe un vacío en los estudios referentes a ella debido a una historia marcada por naciones preferentemente blancas o mestizas, con fuerte herencia castellana, con una sola lengua, una herencia común y una religión dominante (la católica), así como una historia narrada desde el punto de vista de los conquistadores.
En la actualidad, cuando las naciones han comenzado a eliminar sus barreras socio-culturales, nos encontramos con una realidad plural y un tejido contradictorio. Por ejemplo, podemos pensar que los mayores focos de pobreza coinciden con aquellas regiones geográficas de mayor ascendencia negra. Para los afroamericanos, la discriminación racial sigue siendo una realidad, sin embargo, su cultura ha sobrevivido durante siglos y ahora forma parte de la riqueza cultural de América.
Es sabido por todos que la historia de la cultura afroamericana tiene lugar desde los tiempos de la conquista de nuestro continente, sin embargo, poco se sabe sobre la verdadera historia de los afroamericanos. Uno de los principales problemas a los que se enfrentaron éstos al ser traídos a América fue el idioma, aún entre ellos, pues provenían de distintos lugares de África y eran separados unos de otros con el fin de evitar posibles brotes de rebeldía.
Posteriormente fueron clasificados según las tareas que desarrollaban en su lugar de origen, esta es la razón por la cual en algunos lugares de América encontramos descendientes de esclavos provenientes de lugares determinados según su ocupación, por ejemplo, si eran mineros provenían de Guinea, si eran arrieros de Angola, y si eran madereros generalmente provenían de
lugares selváticos africanos.
Llegó el momento en que el transporte de esclavos desde sus lugares de origen hasta América comenzó a ser una tarea costosa e improductiva, ya que muchos de los esclavos morían en el camino a causa de desnutrición y enfermedad. La mejor forma de combatir este problema fue fomentando su rápida reproducción en tierras americanas y, para ello, escogían a un joven fuerte y sano llamado “padrote” que hacía las veces de semental fecundando a las mujeres en edad reproductiva, así los niños que salían de estas relaciones tenían un valor comercial mucho más alto.
Como causa directa de este comercio de infantes, la sociedad esclava se fue haciendo matriarcal, pues los hombres eran vendidos desde pequeños a muy buen precio, conservando así a las mujeres que eran fuente de dinero y de trabajo, ya que a la par de trabajar parían pequeños totalmente comerciales.
A los esclavos les estuvo negada la educación formal, ni siquiera se les permitía leer ni escribir, pues los seres pensantes eran sinónimo de rebeldía y levantamientos en busca de la emancipación; es por esta razón que sus costumbres y conocimientos eran pasados de generación en generación a través de la tradición oral, gracias a esto es que
podemos tener acceso a su tradición cultural.
Cuando los afro americanos consiguieron la libertad a medida en que fueron conquistando algún poder económico, consideraron importante la mezcla de razas para que las generaciones venideras ascendieran de posición. Fruto de estas uniones fueron las jerarquías sociales, de las cuales la más conocida son los mulatos, quienes hasta su sexta generación de procreación con gente blanca se asumía que volvían a ser blancos.
El término mulato es totalmente despectivo, pues se consideraba a la relación entre un negro y un blanco como estéril; la palabra mulato viene de mula, un animal que no puede engendrar.
Actualmente, las diversas manifestaciones culturales afroamericanas son de las más importantes dentro del mosaico cultural americano. Además, su influencia sobre la cultura juvenil, no sólo la americana sino la europea o incluso mundial, es hoy innegable.
Se podría decir que hay pocas corrientes juveniles contemporáneas, sean musicales o en el ámbito de las llamadas tribus urbanas, que no estén en deuda directa con los movimientos culturales afroamericanos. El jazz y el hip-hop, el cine, las grandes figuras históricas como Malcolm X o Martin Luther King tienen una repercusión directa en nuestros ambientes culturales.
Los movimientos afroamericanos han sido muy importantes en diferentes ámbitos culturales y sociales tales como la política, la música, las artes plásticas, el cine y la literatura. En Veracruz, la historia del esclavo cimarrón Yanga es de las más importantes, así como causantes de las variaciones en los idiomas más importantes de América, como el español, el francés y el inglés.
A pesar de todos los estudios que se han realizado acerca de la historia de los esclavos negros, en muchos de los países que poseen esta tercera raíz cultural se ignora por completo la importancia del componente africano que dio origen a lo que actualmente somos, aunque por otro lado es importante saber que, si bien hay países en donde no se le ha dado la importancia que en realidad merece, hay otros que han hecho una ardua labor por el rescate y reconocimiento de estas raíces culturales.
Desde el punto de vista histórico, Veracruz es el más afroamericano de los estados de México, razón por la cual siempre hemos tenido en claro que somos los morenos del país, afortunadamente ahora ya no existe la idea del negro estigmatizado, razón por la cual tenemos más posibilidades de reconocer nuestras raíces y sobre todo de conocer más acerca de ellas.
Por esta razón es importante reconocer y recuperar toda esta influencia negra tan presente en la cultura de nuestro estado, la cual se manifiesta en su gente, en su música y en sus bailes, en su tradición oral y en su literatura, en su historia, su formación y sus artes plásticas; minimizando mediante el estudio y la observación este gran vacío que existe con relación al conocimiento de nuestra tercera raíz, tan importante en nuestra formación como cualquiera de nuestros demás rasgos de nuestra herencia.