Año 2 • No. 70 • agosto 19 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales
 
 Información General


 Observatorio
 de la Ciencia


 Compromiso Social

 Arte Universitario

 Inter Nautas

 Halcones al Vuelo

 Date Vuelo

 Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 
¿Existe la piratería?
Interfase
Alejandro Rulfo Méndez
El asunto Napster y la música en línea ¿De verdad es piratería?
Hacia finales de 1999, la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (riaa, por sus siglas en inglés) demandó a Napster por operar "un servicio que hace posible y facilita la piratería de música en una escala sin precedentes".
Fue Metallica quien presentó una demanda contra Napster por violación a sus derechos de autor y actividades "corruptas y mafiosas". Metallica comenzó una batalla, a la que se sumaron el rapero Dr. Dre y las medidas particulares que han adoptado varias universidades norteamericanas, el proveedor de servicios de cable Cox@Home y la banda de Tabloids. Napster estuvo y sigue estando en todas las páginas de los medios informativos digitales, es sujeto de análisis y estudios.

En un tiempo fue el software y el sitio de moda en Internet. Pero, ¿qué es Napster? ¿En qué consiste este software (shareware) que ha ganado premios Webby, un tipo de versión digital (web stuff) de los Óscares cinematográficos?
Napster fue el software emblemático de una generación de programas que estuvieron a punto de cambiar la forma del sistema de producción musical –incluida su mercadotecnia– en Internet. Napster permitía a los usuarios –entre otra cosas– intercambiar entre sí archivos musicales en formato mp3, cuando estuvieran conectados a su servidor.
De forma gratuita (¿?), Napster comenzó a distribuir entre sus usuarios y clientes (que no se confunda con el concepto Cliente, con C mayúscula, que define a quien paga por los servicios de un proveedor) un shareware que permitía configurar qué archivos musicales compartirían con otros usuarios. Y el programa era verdaderamente visionario porque permitía, al realizar una búsqueda para encontrar autores o músicos, examinar los directorios de los discos duros de los usuarios conectados; y los archivos musicales (las piezas) podían ser jalados desde estos discos duros. Era simplemente maravilloso. Al contrario de mp3.com, Napster no contenía archivos para descarga, sólo conectaba a usuarios entre sí.

Era asombroso ver cómo crecían las hordas de usuarios de Napster, 20 por ciento mensual, iniciando con 15 millones de adeptos, lo que significaba la tecnología más rápidamente aceptada y manejada por cada usuario. Napster se convirtió en su momento en un fenómeno cibersocial.
Imagina por un momento lo que pudo haber pasado en esos momentos: cada máquina conectada a la red podía compartirse en archivos. Es decir, la arquitectura era la de una red de usuarios que se convertía en una gran red de servidores. Ésa era la diferencia de Napster frente a las grandes corporaciones. Es
como si en la UV cada máquina de académico o alumno se convirtiera en un servidor en el que estuviera alojada una parte del conocimiento de cada materia. Una red de usuarios que nos convertiría a cada uno en agente de la distribución social del conocimiento.
Y ahora imagina que esa red tiene un impacto estatal, nacional, internacional, mundial. Interesante, ¿no te parece?
Ahora podemos entender la preocupación que Napster ha provocado entre las casas discográficas y algunos cantantes. Es fácil imaginar que buena parte de los archivos musicales en formato mp3 que los usuarios de Napster intercambiaban entre sí eran copias de canciones protegidas con derechos de autor. Miles, tal vez centenares de miles de estas copias estarían circulando libremente entre millones de internautas.
El problema fue que no existía una base de datos central con archivos pirateados. Napster no copiaba archivos en formato mp3, no almacenaba ni distribuía archivos en su servidor, no vendía canciones piratas. Si las copias distribuidas eran piratas o
no, sólo lo sabían los propios usuarios que las tenían.
Después de los primeros jaloneos con la ley, Napster incluyó una aclaración en su sitio Web: "Napster, sa no se responsabiliza de la procedencia de los archivos mp3 de los usuarios de Napster. Ni el formato mp3 ni el programa de Napster indican si una canción es legal o no. Copiar y distribuir sin autorización archivos mp3 puede violar las leyes de derechos de autor; cumplirlas es tu responsabilidad".

Nos leemos en el siguiente Interfase. Ya sabes que puedes escribir a arulfo@uv.mx para emitir tu opinión.