Imaginemos
por un instante cómo sería volar con nuestras propias
alas; mejor aún, cómo sería surcar el cielo
de cientos de países lejanos, pero no nos quedemos ahí:
¿Te imaginas lo que representa darle la vuelta al mundo?
Ahora bien, imaginarlo sí lo podemos hacer; es más
leyendo el libro La vuelta al mundo en 80 días de Julio Verne,
en donde Phileas Fogg enfrenta una carrera contra el tiempo y el
destino, seguramente tendríamos un marco de referencia, claro
que con un toque de ficción. Otro, recordando cómo
Charles Lindemberg cruzó de Nueva York a Londres en “El
Espíritu de San Luis”. El primer hombre en volar solo
en un avión sobre el Océano Atlántico.
Pues bien, he aquí otra historia semejante que apenas ocurrió
hace unos días.
Otro norteamericano, Steve Fossett, se anotó dentro de la
historia al darle la vuelta al mundo en 13 días a bordo de
un globo aerostático. El viaje alrededor del mundo comenzó
el 18 de junio en el oeste de Australia y le llevó a Fossett
exactamente 13 días, 12 horas, 16 minutos y 13 segundos.
Al momento de aterrizar ya tenía más de 15 días
en el aire. Fossett pudo dormir apenas cuatro horas diarias durante
su viaje, normalmente en periodos de 45 minutos.
El millonario de 58 años, oriundo de Chicago, escribió
el miércoles 3 de julio su nombre en el libro de récords
al atravesar el paralelo de los 117 grados de longitud este, que
pasa sobre Australia, para convertirse en la primera persona en
viajar alrededor del mundo sola a bordo de un globo.
Sin embargo, aterrizó hasta la madrugada del jueves cerca
de un lago seco en la llanura desértica de aquel país,
debido a las condiciones climatológicas, fuertes vientos
que no permitían el descenso del globo aerostático,
llamado “Espíritu de la Libertad”.
El fotógrafo Rob Griffith, de la agencia Associated Press,
que sobrevolaba por donde viajaba el globo, vio a Fossett descender
sin problemas en el remoto desierto australiano, a unos mil 400
kilómetros al noroeste de Sydney, la madrugada del 4 de julio,
hora de Australia.
La canastilla rebotó en el suelo durante aproximadamente
unos 15 minutos antes de detenerse por completo, y Fossett saltó
e hizo señas a los miembros de su equipo de rescate, indicó
Griffith, que viajaba a bordo de una avioneta Beechcraft que sobrevolaba
la zona donde aterrizó.
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Por lo menos tres integrantes
de su equipo fueron arrastrados brevemente cuando jalaban de las cuerdas
para ayudar a Fossett a desinflar el globo. Al parecer ninguno resultó
lesionado. Fossett comentó que había tenido problemas
para desinflar el globo, pero su equipo en tierra le ayudó.
Ahora bien, imaginemos la magnitud de no tener la capacidad de desplegar
el sistema de desinflado, ya que significaba que podría ser
arrastrado para siempre.
Pero las aventuras no quedan ahí, ya que apenas unas horas
antes, el aventurero
estadounidense tuvo que batallar para apagar un incendio en su globo
provocado por un quemador, mismo que creció aun más
por los fuertes vientos que soplaron durante dos días.
Este viaje, que podría ser visto como un simple capricho de
un millonario para satisfacer su ego, será de gran ayuda para
la aeronáutica, ya que basándose en la ruta de Fossett
se podrán estudiar y determinar nuevas rutas de vuelo para
los aviones, que sean más seguras y ayuden a economizar tiempo
y
combustible, debido a las líneas de viento que siguió
y que hoy ya son conocidas por los
investigadores en la materia.
*Con información de Science in News y Houston Chronicle |