Año 2 • No. 71 • agosto 26 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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¿Dónde está "el eje del mal"?
Gina Sotelo
El 11 de septiembre, el mundo entendió de golpe que la libertad y la paz duradera no eran más que un lema. A raíz de los atentados contra las torres gemelas del World Trade Center y el Pentágono, se han escrito miles de cuartillas que cuestionan la soberanía de la nación más poderosa del planeta, su democracia y sistema de educación, su futuro como país modelo y el american way of life.
Sobre tales acontecimientos, vistos desde las “entrañas del monstruo”, habló recientemente en Xalapa el doctor Peter McLaren, de la Universidad de California en Los Ángeles (ucla), al dictar la conferencia Democracia del terrorismo: una respuesta marxista, en el Auditorio de Humanidades.
McLaren cuestionó de entrada el papel poco autocrítico que asumen los políticos estadounidenses a la hora de mirar hacia el pasado. Lo ejemplificó con un artículo de Lane Cheney (esposa del vicepresidente norteamericano Dick Cheney), titulado Defendiendo la civilización: cómo nuestras universidades han fracasado y qué se puede hacer al respecto.
Doctora en Educación y Estudios Informativos por la Universidad de California, Lane Cheney se erigió en defensora de la civilización, la libertad y la justicia en el ataque a Afganistán. El espíritu estadounidense había sido resquebrajado y era necesario castigar a los perpetradores del horror en Nueva York y Washington.
Así, lanzó un cuestionamiento sobre el fracaso de las universidades norteamericanas en el combate al terrorismo, y su reto ante la sociedad: “En tiempos de crisis, creo que es particularmente pertinente que emprendamos el estudio de nuestro pasado. Nuestros hijos deben saber cuáles son los ideales con que se fundó nuestro pasado. Debemos tener conciencia de lo afortunados que somos de vivir en libertad. Algo tan precioso, por lo que muchas generaciones han estado dispuestas a sacrificarlo todo”.

Peter Mc Laren
Sin embargo, explicó, las instituciones no llevan a cabo tan importante función debido a la existencia de profesores enemigos de la civilización, por su postura contra la guerra en Afganistán (si bien ninguno defendió a Bin Laden, Al Qaeda o a los talibanes). Y ofreció una lista de 117 académicos disidentes.
Al no encontrar su nombre en esa relación, McLaren escribió una carta a la señora Cheney donde le inquirió sobre las operaciones militares en diversos lugares del mundo, de Timor Oriental a Centroamérica y Chile, en las que el gobierno de Washington fue el agresor. Nadie protestó ni puso al descubierto estos acontecimientos.
La única forma de madurar como país es enfrentándonos a las consecuencias de nuestros propios actos: Peter McLaren
Y le expuso así su crítica: “No odio a los Estados Unidos. Amo mucho de lo que han alcanzado. Odio al terrorismo, cuando lo hace un monstruo como Bin Laden, pero también cuando lo hace la política exterior del gobierno de Estados Unidos. Un patriotismo que no se une a una autocrítica reflexiva no merece ese nombre. Uno de los más altos valores en Estados Unidos es la autocrítica y el cuestionar lo que los medios consideran dado”.
“En su reporte sobre los enemigos de la civilización –le cuestionó McLaren a Cheney–, usted ha intentado evitar esta crítica, al producir un ambiente de terror. La única manera de madurar como país es enfrentarse a las consecuencias de nuestras acciones abiertas o encubiertas. Debemos estar conscientes de nuestra historia.
Celebrar lo bueno, pero también criticar las acciones que avergüenzan a nuestros principios democráticos”. La carta fue publicada en la revista Tabú, no en algún diario de amplia circulación.
De ahí que McLaren se haya abocado al estudio de la relación entre el terrorismo y la globalización del capitalismo, en una nación en la que “se presume el ser culpable sobre el ser inocente”.
Los políticos norteamericanos –sobre todo los conservadores– intentan revertir una ley que prohíbe al gobierno asesinar a ciudadanos. La premisa es resguardar a toda costa la justicia y la libertad (valores por los que Estados Unidos siempre ha luchado). Quienes no compartan este pensamiento o lo critiquen, entonces son traidores a la patria.
Un indicador de este ambiente radical es que políticos de la administración Reagan trabajan al servicio de Bush; utilizan la propaganda religiosa en favor del gobierno y la guerra de manera tal que McLaren consideró al régimen estadounidense como una “teocracia encubierta”.
Por ello, el expositor opinó que en Estados Unidos se vive una época del “cementerio de la razón”, donde la verdad se puede encontrar entre las ruinas de civilizaciones pasadas y los brotes de las que están por venir.
Hay que dar cuenta de la historia, celebrar lo bueno y ser capaces de responder a aquellos actos que han ofendido a la civilización y a la vida de la democracia. Un pueblo que rehuye a ver su pasado, o que ejerce presión en quienes intentan hacerlo, insulta el espíritu del cuestionamiento social y los fundamentos de la verdadera democracia, manifestó.
Peter McLaren, quien se asume como un marxista
humanista, tiene amplia experiencia como profesor en Estados Unidos y Canadá. Recibió su doctorado en el Ontario Institute for Studies in Education de la Universidad de Toronto, en 1983, y es autor de más de 30 libros de crítica pedagógica, sociología de la educación, crítica literaria y etnográfica, estudios culturales y teoría social, que han sido traducidos a 12 idiomas.
Recientemente obtuvo el Paulo Freire Social Justice Award, por la Chapman University of California.