Año 2 • No. 73 • septiembre 9 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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Formar un profesional sensible,
no un trepador: Ezequiel Ander-Egg
Vietnam García León


Ezequiel Ander-Egg
Desde una perspectiva del mundo no compartida por los poderosos, el trabajador social Ezequiel Ander-Egg plantea que una visión distinta del mundo no sólo es posible, sino también necesaria.
Con más de un centenar de libros publicados, el sociólogo y politólogo señala que el servicio social constituye una de las opciones que se tiene para poder, de alguna manera, paliar la desigualdad social.
Afortunadamente, México es uno de los pocos países que cuenta con este servicio, “cosa muy positiva, pues se puede relacionar con las misiones culturales, en las cuales México también es pionero, desde 1922”.
Dijo que este trabajo, donde jóvenes de distintas carreras asisten a las comunidades campesinas, indígenas o urbanas, tiene un alto sentido de responsabilidad y de solidaridad humana.
Empero, adviertió que “hay que mantener una cierta mística, pues
hay un sentido de vocación de parte de los jóvenes. Aprovecharlo no sólo en lo que van a dar, sino en lo que van a recibir”. Y, sobre todo, resalta “la experiencia de los jóvenes que van a sensibilizarse con el dolor del pueblo” y “la originalidad y lo altamente positivo de esta propuesta mexicana”.
Así, subrayó el hecho de contar con una escuela o Facultad de Trabajo Social, como es el caso de la uv, no necesariamente da respuesta a los problemas sociales, ya que depende de su planteamiento, además de problemas de proliferación y saturación del mercado, consecuencia del achicamiento del Estado y de las políticas neoliberales.
“Lo importante al momento de hacer ciencia, investigación
o desarrollo es la confrontación con la realidad sufriente”
Ander-Egg dejó patente que no es suficiente el hecho de estudiar o participar dentro de un proyecto de trabajo social, sino de participar con esa mística y compromiso, pues se pueden “dar casos de hasta una especie de choque psicológico o simplemente convertirse en un esnobismo”. Incluso, en ocasiones, tras ese enfrentamiento con la vida en la comunidad, “viene el titulo universitario, que se convierte en un pase a la vida cómoda y se olvida de lo que se ha visto, sensibilizado y concientizado en la comunidad”.
Los jóvenes que están trabajando en las comunidades no sólo están en contacto con el conocimiento objetivo, lo más importante son las vivencias del aprendizaje subjetivo, que no pueden ser medidas, afirmó Ander-Egg.
El investigador argentino residente en España concluyó que, para poder conocer la realidad de una comunidad, hay que estar dentro de ella.
“Esa inserción e inmersión de los jóvenes que hacen servicio social; si está bien hecha producirá un crisis de crecimiento humano. Ello dará como resultado un profesional sensible a los problemas humanos y no un trepador de la pirámide, que sólo le interesa ganar dinero sin importarle nada”.