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Spiderman:
11 de septiembre
Un año después desde...
Edgar Francisco Inclán Cazarín (Facultad
de Ciencias de la Comunicación) |
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Nunca
se había visto una agresión tan grande en contra de
Estados Unidos, fue un golpe que hirió hondo su orgullo.
Ese fatídico día miles de inocentes murieron ese día…
el mundo se detuvo, toda la atención estaba puesta en las
torres gemelas, en todo el día no hubo nada más que
comentar…
Una auténtica tragedia, pero no comparable con las miles
de muertes en distintas guerras, o con las víctimas del increíble
poder desatado sobre dos ciudades japonesas: Hiroshima y Nagazaki.
A tal grado ha llegado la culturización de Estados Unidos
con su imperialismo cultural. Resulta aberrante, pues lo que en
el pasado ha hecho esta nación es aún más reprobable.
No se puede justificar estos ataques, como tampoco se puede hablar
de que se lo merecían y tenía que sucederles, porque
no es necesario rebajarse a un nivel evolutivo tan pobre como para
seguir el mismo juego: matar inocentes.
Este ataque trajo consigo una guerra, una "justicia infinita"
contra un país pobre, lleno de carencias y sin la capacidad
para enfrentar a su rival. El hombre que parece ser el causante
de todo nunca dio la cara en el frente de batalla, en cambio murieron
muchos inocentes, pero para Estados Unidos estaba "justificado",
ya que ellos lo hacían en busca de justicia.
En este contexto nace Spiderman: 11 de septiembre, un cómic
totalmente ideológico de principio a fin, donde el Hombre
Araña, emblema de Marvel Comics, nos muestra la catástrofe
y la lucha de los estadounidenses por sobreponerse al dolor y salvar
a posibles sobrevivientes de entre los escombros. Incluye un monólogo
en el que Spiderman reflexiona acerca de este daño, y cómo,
en vez de debilitarse, se hacen más fuertes.
El cómic inicia con una escena donde Spiderman ve caer las
torres gemelas. Conmocionado, confuso, impactado, baja de un edificio
y se encuentra con gente que le reclama no haber hecho nada…
Él no responde más que para sí mismo: “¿Cómo
decirles que no podía saberlo, que no estaba preparado, que
no podía imaginarlo?”. |
Cada
frase está sumamente pensada y cargada de valores ideológicos,
de imágenes que presentan a un pueblo que sufrió una
tragedia, pero que no se da por vencido y lucha incansablemente
por rescatar a sus compatriotas.
Los símbolos que perpetuamente han luchado por mantener el
bienestar de Estados Unidos no pudieron evitar la tragedia, los
superhéroes no pudieron prevenirla, sin embargo, ayudan siendo
un apoyo que no dejará morir la esperanza que siempre han
representado para el ciudadano común.
Se le acusa a Estados Unidos: “Ellos se buscaron ese destino”,
pero Spiderman responde en plural diciendo que rechazan esas ideas,
pues la tragedia es más grande que la suma de sus pecados.
En una escena cargada de dramatismo, Spiderman intenta dirigirse
al Capitán América para que le explique el por qué
de ese ataque, pues él combatió en la Segunda Guerra
Mundial y sabe lo que es ver morir a inocentes… Spiderman
no se atreve a interrumpir los pensamientos de Capitán América,
quien refleja impotencia y rencor al no haber podido evitar la tragedia.
Sutilmente se percibe el mensaje de que la maldad tiene cara de
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extranjero:
“¿Qué podemos decirle a los niños?..
¿La maldad tiene cara de extranjero? No. La maldad es la
mente tras esa cara, una cara que puede ser como la de cualquier
otro”.
Aunque en esta frase Spiderman nos dice que los extranjeros no son
la cara de la maldad, lo sugiere con la pregunta, y más al
no tener respuesta concreta, ya que el contexto de estos acontecimientos
nos remite a un enemigo extranjero.
Spiderman dice que ellos son gente de bien, gente decente que no
se agacha ni se rinde, que no se debilita ante nada; las lágrimas
que les brotan son sólo por las muertes de sus hermanos,
mas no por miedo o temor a lo que deben enfrentar.
Estados Unidos no se ha debilitado, se ha fortalecido; ése
es el pensamiento central de todo el cómic.
Spiderman: 11 de septiembre no es un cómic pensado para los
estadounidenses, sino para los extranjeros: que sepan que son una
nación que no ha perdido su fortaleza y que logrará
sobreponerse, porque es el ideal que debería gobernar al
mundo. |
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De
las dos escenas finales del cómic, la penúltima muestra
a personas de distintas razas y credos dentro del contexto de Estados
Unidos, personas que han adquirido esa nacionalidad convencidos
de que ahora viven en el paraíso que necesitaban.
El mensaje que acompaña a estas imágenes finales dice:
“Derribaron dos torres enormes. Que ese eco quede grabado
en tu columna vertebral. Que se convierta en vigas y cristal, en
cemento y acero, para que cuando el mundo te vea, las vea a ellas
también. Y no te debes derribar. Yérguete derecho.
Yérguete derecho”.
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La
última escena muestra a militares, bomberos, marinos, policías,
cuerpos de rescate, médicos, agentes de servicios especiales,
de inteligencia policial, un político y los superhéroes
atrás de todos los demás.
Las torres gemelas eran el símbolo del poderío estadounidense.
Al derribarlas se les demostró que no son inmunes y que se
les puede hacer frente, por eso en el cómic se invita a que
cada habitante de Estados Unidos a que se convierta en una torre,
que se hagan a si mismos símbolos del poder que tienen y
que lo demuestren ante el mundo.
La imagen final, al mostrar a todas las personas que participaron
en las labores de rescate y a los héroes detrás, expone
los valores ideológicos que hay en ellos, el sustento que
ha hecho que este país imponga su cultura a los demás,
y que ante los extranjeros siempre se yerguen derechos.
Spiderman: 11 de septiembre, un comic directo hacia su objetivo,
decir que Estados Unidos sigue siendo "la gran nación",
"la más poderosa del mundo". |
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