Año 2 • No. 75 • septiembre 23 de 2002
Xalapa • Veracruz • México
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El cambio climático en Veracruz
Adalberto Tejeda M. (Facultad de Ciencias Atmosféricas)
Igualmente interesantes son las dos “comunicaciones nacionales” que el gobierno mexicano ha producido para cumplir con los compromisos asumidos con el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (y que pueden consultarse en la página Web del Instituto Nacional de Ecología, www.ine.gob.mx).
A esta bibliografía hay que agregar un ensayo de René Garduño, publicado en 1995 en la revista de la Universidad Veracruzana La ciencia y el hombre, en el cual conjetura sobre los posibles efectos del cambio climático en Veracruz.
Esos documentos coinciden en que la consecuencia más notoria será la elevación del nivel del mar. En efecto, si los gases de invernadero se duplican en la atmósfera, la temperatura ambiente aumentará entre dos y cinco grados celsius, se derretirá (¿o ya se está derritiendo?) parte de los casquetes polares ahora emergidos, y el nivel del mar habrá de elevarse unos centímetros, quizás hasta un metro (los expertos afirman que se ha elevado 15 centímetros en el último siglo). Grandes extensiones de tierras bajas pasarán a ser pantanosas o submarinas.
Así, la mayoría de las costas del Golfo de México –bajas, arenosas, con extensos humedales adyacentes, a menos de un metro sobre el nivel del mar– representan la fracción del territorio veracruzano más vulnerable al ascenso del nivel del mar. Serán afectados muchos poblados, el agua salina se infiltrará hasta los mantos freáticos y las centrales eléctricas costeras (Tuxpan y Laguna Verde) serán afectadas directamente si aún siguen en operación dentro de media centuria. Las lagunas de Alvarado y de Tamiahua pasarán a formar parte del mar.
En cifras gruesas, se perderían más de 600 kilómetros de playas (y, desde luego, buena parte de la hoy incipiente infraestructura turística, incluidas la Costa Esmeralda y Veracruz-Boca del Río), junto con más de 200 kilómetros de caminos y alrededor de 20 kilómetros de puertos marítimos actuales. Más de 3 mil hectáreas urbanas se volverán francamente inundables al igual que cerca de 200 mil de pastizales y agricultura.
Por otra parte, entre los ecosistemas forestales que serán más afectados en el país, están los bosques húmedos y templados de la sierra de Zongolica, y las planicies costeras se verán sujetas a una gradual desertificación.
La salud y la comodidad de los humanos se verán deterioradas. Primeramente, es previsible un aumento en la mortalidad por plagas cuya propagación está relacionada con temperaturas altas (paludismo, dengue, cólera, etcétera), y segundo, vectores de enfermedades infecciosas ahora propios de tierras bajas, se desplazarían hacia mayores altitudes. Si se considera además el incremento poblacional en el próximo medio siglo, las necesidades de energía para climatización de edificios en áreas cálidas se habrán de multiplicar por 10.
Ya que es de esperarse una geografía diferente de los regímenes de temperatura y humedad ante un cambio climático, ¿cómo se redistribuirán las tierras agrícolas veracruzanas?, o ¿el cambio climático –a final de cuentas paulatino, no radical– nada habrá de significar ante los embates del mercado?
Por otro lado, si el protocolo de Kyoto algún día entra en vigor, la captura de carbono mediante la silvicultura –para atenuar la contaminación emitida por la quema de combustibles– será un negocio atractivo. Es decir, que para un agricultor, en un mercado especulativo mundial de “bonos de carbono” o “bonos ecológicos”, puede llegar a ser más rentable reforestar que producir, lo que sería una oportunidad para la restauración ambiental de vastas regiones de Veracruz.
Por lo anterior, se impone la necesidad de analizar a detalle la vulnerabilidad y las oportunidades del estado ante un posible cambio climático. El primer paso será una mesa redonda entre especialistas pero dirigida al público en general, que se realizará el 30 de septiembre en Xalapa en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario. (filu 2002) Sirvan estas líneas de primera llamada a esa reunión. Comentarios a: atejeda@uv.mx