Año 2 • No. 75 • septiembre 23 de 2002
Xalapa • Veracruz • México
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Y tú...¿sabes quién fue Nahui Ollin?
Emma Cuéllar de la Torre
Si a ti te gusta el arte, disfrutarlo, apreciarlo y conocer más de los pintores y su obra, una excelente opción es acercarte a los pintores nacionales, aquéllos de los que casi nadie habla. Un ejemplo es Carmen Mondragón, mejor conocida como Nahui Ollin.
Ella fue una de las grandes personalidades de México, perteneciente a una de las épocas más bellas y creativas de nuestro país: los años 20 y 30. En estos años, en los cuales desfilaron un sin número de personajes, Nahui Ollin destacó como mujer y como ser creativo.
Carmen Mondragón nació en la ciudad de México el 8 de julio de 1893, hija de un militar golpista de la Decena Trágica y que fungía como Secretario de Guerra y de Marina, bajo el gobierno de Victoriano Huerta. Más adelante, propio de las costumbres en ese entonces, como toda hija de “familia de bien” porfiriana Carmen estudia en Francia, en donde es instruida en artes y cultura.
Éste es precisamente el motivo por el que desde su infancia comenzó a mostrar una personalidad altamente creativa, reflejada en sus primeros escritos y pinturas, siempre con un carácter fuerte e impulsivo, siempre a la búsqueda de nuevas experiencias y dando a entender, a quien pudiera, su notable precocidad sexual.
A los 20 años contrajo matrimonio con Manuel Rodríguez Lozano, quien era cadete en plena Revolución Mexicana, uno de los motivos por los que la pareja se vio en la necesidad de mudarse a Europa, en compañía del desterrado padre de Nahui.
En los años siguientes la pareja estableció relaciones amistosas con algunos de los artistas más reconocidos de la época, como Picasso y el también emigrado Diego Rivera. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial viajaron a España.
Manuel Rodríguez Lozano dejó su carrera militar para dedicarse de lleno a la pintura, decisión que lo llevó a ser también de los principales artistas plásticos de nuestro país.
Poco se sabe acerca de este periodo oscuro en la vida de Nahui, salvo que la joven resultó embarazada, pero la criatura murió a los pocos días del parto. Uno de los rumores más perturbadores dentro de la vida de Carmen Mondragón fue la declaración del mismo Rodríguez Lozano, al asegurar que fue Nahui quien asfixió al niño en un momento de locura, lo cual es imposible comprobar.
sta etapa europea de Nahui significó para ella el descubrimiento de posibilidades de expresión personal mediante el trabajo pictórico, el encuentro definitivo con sus inquietudes intelectuales y la asimilación de una personalidad sexual volcánica, así como el sumergirse en un estado de trastorno mental que nunca la abandonaría.
Después de este episodio y de haberse aburrido moral y sexualmente de su marido, quien titubeaba al respecto de sus preferencias sexuales, Carmen decidió regresar a México convencida de querer ser la mujer más bella de su país, en donde por cierto fue pionera en el uso de la minifalda, generando por ello un gran escándalo a su alrededor, tal y como a ella le gustaba.
En 1921, Carmen conoció al doctor Atl (Gerardo Murillo), con quien inició una relación amorosa que duró cerca de cinco años, una relación de pasión escrita y pintada que le daría a Carmen Mondragón el nombre de Nahui Ollin, con el cual se hizo famosa, y que significó “movimiento renovador”, según la calendárica mexica.
Nahui desafió toda la moral y las buenas costumbres de aquel entonces, que disfrazaban la libertad sexual de las mujeres mexicanas, compartiendo con el muralista actividades como pintar y escribir. Rompió esquemas creando escándalo, controversia y rechazo por parte de sus familiares y de la sociedad.
Ella se caracterizó por pintar en el estilo naïf imágenes típicas de la sociedad y la cultura mexicana, así como de ella misma. Siempre se mantuvo rodeada por personalidades destacadas del medio artístico mexicano
realizando trabajos de gran calidad y sirviendo de modelo para los muralistas y fotógrafos más relevantes del momento. En su trayectoria artística se advierte un definido fenómeno productivo, su obra escrita coincide con su amor por Atl, y su obra pictórica así como su condición de sujeto fotografiable se extendió desde 1927 hasta 1941.
En toda su obra, tanto escrita como pictórica, el tema sexual es recurrente mediante la evidenciación de sus amores y su narcisismo desbordado. Toda su obra es calificada como un monumento erigido a sí misma y a la conciencia de su belleza.
Después de terminada su relación con el muralista Atl, Carmen mantuvo relaciones amorosas con varios intelectuales más, como el pintor y caricaturista Carlos Santoyo, el fotógrafo Antonio Garduño y Eugenio Agacino. Para 1934, luego de la muerte del último de sus amores, Nahui fue quedándose sola y comenzó a consagrarse a la escritura, dedicándose sólo de manera esporádica a la pintura y a la exposición de su obra en museos y galerías de todo el mundo.
En sus últimos años, Nahui vivió en el centro de la Ciudad de México rodeada de gatos y trabajó en una escuela primaria nocturna como maestra de pintura. Nahui se consumió y aisló cada vez más en su mundo cósmico, sus gatos y sus escritos. Vivió de una magra beca que Bellas Artes le pagó hasta el día de su muerte, el 23 de enero de 1978, cuando nadie parecía haber reparado en quién era Nahui Ollin.
Aunque muy importante para la vida artística de nuestro país, Nahui Ollin perece pertenecer a esa larga lista de pintoras que nadie recuerda y que casi nadie conoce, quizá por el simple hecho de ser mujer en un medio generalmente consagrado a los hombres: el artístico. Así que no la dejemos más en el olvido acercándonos a su historia, y sobre todo a su obra; en ella descubrirás a una interesante mujer y a una maravillosa artista plástica.