Año 2 • No. 75 • septiembre 23 de 2002
Xalapa • Veracruz • México
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En la Galería Alva de la Canal
Homenaje a Mariana Yampolsky
Gina Sotelo Ríos
La calle fue, sin duda, el estudio fotográfico de Mariana Yampolsky. Forjada durante los años 40, se instauró como una de las artistas más importantes de la fotografía de México.
A pesar de haber nacido por accidente en 1925 en Estados Unidos, Yampolsky se declaró mexicana. En 1945 obtiene la licenciatura en Artes y Humanidades en la Universidad de Chicago; ese mismo año viajó a México e ingresó a La Esmeralda. Allí participó en el Taller de la Gráfica Popular, donde colaboró con Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins, Alfredo Zalce y Alberto Beltrán, entre otros.
Ya desde esos años manifestó su interés por la cultura mexicana, sus ceremonias, expresiones populares y aquello que el tiempo parece haber entregado a una eternidad reveladora.
Por tal motivo, la Galería Universitaria Ramón Alva de la Canal rinde un merecido homenaje a Mariana Yampolsky en su sala principal, al exhibir una colección de fotografías de esa mujer que –como dijo Elena Poniatowska– prefirió el anonimato, trabajar para una causa y desaparecer tras la obra. Se trata de una serie digna y asombrosa, como los rostros curtidos por el Sol de sus mujeres y hombres retratados a lo largo de sus 50 años ininterrumpidos de carrera.
La fotografía le llegó a Mariana de manera casual. Sin embargo, su experiencia con la cámara se convirtió en la convicción de haber encontrado el medio idóneo para comunicarse.
Esto la llevó a inscribirse al taller de fotografía que Lola Álvarez Bravo impartía en la Academia de San Carlos. A partir de entonces se dedicó a recorrer de norte a sur la República Mexicana, detuvo su mirada en cada ranchería o poblado, captó con su lente rostros, costumbres, objetos, fiestas, ceremonias y todo aquello que evidenciara la vida rural de México, transformando en imagen la cultura, tradiciones y costumbres de cada lugar.
Influenciada por la obra de Tina Modotti, Manuel y Lola Álvarez Bravo, Nacho López y Héctor García, en sus imágenes el pueblo se convierte en exaltación de nuestras raíces y tradiciones, sin intentar siquiera una falsa idealización de lo popular. Como grabadora, litografista, pintora, editora, impulsora de lectura infantil y juvenil y, sobre todo, fotógrafa, su trabajo es una muestra de su amor por el país, el pueblo y la cultura que le dieron sentido tras adoptarlos.
En el mismo espacio se presenta también la exposición Tres en uno (f 2.8; espejo de luz; homenaje digital), fotos de Héctor García, manipuladas cibernéticamente por grandes artistas como Gerri Lejtik, Byron Gálvez, Pedro Meyer y María García, quienes crearon arte sobre arte.
Aunque la fotografía suele ser menospreciada, al tomar una cámara en las manos todos caemos en la tentación de sentirnos fotógrafos. Empero, contemplar una fotografía sin retoque, trucos ni textos y que nos provoque lo que sentimos al admirar cualquiera de las gráficas del maestro Héctor García es, sin duda, una obra de arte. Aquí radica la diferencia entre un fotógrafo y un gran artista.
El homenaje a Mariana Yampolsky y Tres en uno, de Héctor García, estarán abiertas al público hasta el 6 de octubre en Zamora 27, zona Centro de Xalapa.