Año 2 • No. 75 • septiembre 23 de 2002
Xalapa • Veracruz • México
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La última cena del hombre de hielo
Heriberto G. Contreras y Leticia Garibay
En muchas películas y relatos, de esos que les gusta contar a los que van de campamento, en donde siempre hay misterio y peligro, se nombran infinidad de monstruos y seres que en la mayoría de los casos son ficticios. Sin embrago, existe uno que fue y es más real de lo que se imaginan, y ésta es su historia…
Probablemente el nombre de Otzi no les diga nada. Pues bien, fue un hombre que en 1991 encontraron congelado en los Alpes tiroleses (es decir, cerca de Tirol, en Italia), con una edad que
se estima en cinco mil años. Pero, se preguntarán… ¿y esto qué tiene de novedoso si hace 11 años que ocurrió?
Qué les parecería descubrir que este hombre ingirió granos y carne de venado en su última comida y, además, habría sido asesinado por cazadores rivales. ¿Eso sí resulta interesante verdad? Pues así lo reportaron investigadores italianos, de la Universidad de Camerino,
en Italia.
El grupo, dirigido por Franco Rollo, detalló que su última comida habría consistido en granos, vegetales y carne de íbice. El informe muestra un panorama de los últimos días del viajero de la Edad de Piedra y aportaría datos sobre quién fue y cómo murió. Los científicos analizaron el contenido de sus intestinos y hallaron pequeñas piezas de músculo de venado, así como residuos de granos. También encontraron polen, lo que sugiere que el “Hombre del Hielo” tirolés, apodado Otzi, pasó tiempo en un bosque antes de morir.
Otzi fue hallado en perfecto estado de conservación. Vestía ropa hecha de cuero y hierba y portaba un hacha de cobre, un arco y flechas. Posteriormente, se halló una punta de flecha en su hombro izquierdo, lo que sugiere que no murió por congelación mientras escalaba las altas montañas.
El 25 de septiembre de 2000, el cuerpo, que se mantenía en un almacén frío en el Museo Arqueológico de Tirol, Bolzano, Italia, fue completamente descongelado por primera vez. Fue entonces cuando el equipo de Rollo tomó muestras de los intestinos de Otzi, los observó microscópicamente, desenredó pedazos grandes de fibra de músculos y piezas de comida no digerida y realizó análisis de ADN.
De acuerdo al adn, el último viaje del guerrero/cazador fue a través de un bosque conífero en una altitud intermedia, donde posiblemente realizó su primera comida, compuesta de cereales, otras plantas alimenticias y carne de íbice, y terminó con su muerte en una cuenca rocosa a más de tres mil 200 metros de altura, no sin antes haber comido más carne de venado y posiblemente cereales. Los investigadores dijeron que las evidencias sugerían que Otzi fue un cazador. Incluso se aventuraron a decir cómo murió.
La referencia de la muerte de nuestro personaje se sustenta en un escrito de hace casi 30 años, donde Nanna Noe-Nygaard (un escritor del periódico de Ciencias Arqueológicas) mostró que los cazadores de venado y jabalí en el mesolítico (a mediados de la Edad de Piedra) apuntaban sus flechas al omóplato del hombro izquierdo, lo que les daba mayor oportunidad de matar a su presa con el primer disparo.
Como la flecha que se le clavó a Otzi le perforó el omoplato del hombro izquierdo, nos parece razonable asumir que en vez de un ritual de sacrificio, haya sido víctima de rivalidades entre los grandes cazadores de animales. Así de asombrosa es nuestra historia, claro que la mejor opinión y el final los dejamos a todos ustedes, amables lectores de UniVerso.
Nota: con información de Reuters y la Academia de Ciencias de Estados Unidos.