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Estado
mexicano: enemigo de los
indígenas
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El Estado mexicano es descendiente directo de una estructura colonial
hecha para favorecer el saqueo: Ramírez Melgarejo
Édgar
Onofre Fernández Serratos
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Ramón
Ramírez Melgarejo. |
El
Estado mexicano históricamente se ha asumido como enemigo
de los indígenas, al descender de una estructura colonial
que favorece el saqueo, sentenció Ramón Ramírez
Melgarejo durante la presentación de su libro La política
del Estado Mexicano en los procesos agrícolas y agrarios
de los totonacos, en el marco de la Feria Internacional del Libro
Universitario 2002.
Ramírez Melgarejo, adscrito al Instituto de Investigaciones
Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana, aseguró
que las estructuras del país no admiten protesta ante el
saqueo ni hay manera legal de comprobarlo, además de señalar
a quien se atreve como enemigo del Estado de Derecho. |
Para
la presentación del libro, editado por la uv en su colección
Biblioteca, el autor convocó a David A. Skerrit y Luis Gabriel
Torres González, miembros del Sistema
Nacional de Creadores, así como a Martín Gerardo Aguilar
Sánchez, doctor por el Instituto de Estudios Políticos
en Grenoble, Francia, quienes hicieron puntuales observaciones sobre
el volumen y su contexto.
David Skerrit habló sobre algunos puntos de reflexión
a los que llama este libro que, mientras retorna a la veta de los
recientes debates sobre el campo y la nueva manera de entenderlo,
camina por las historias de abuso de un sector indígena, el
de los totonacos. Ellos han sido desvestidos de su historia, como
en la Cumbre Tajín de Papantla, donde las expresiones culturales
de la etnia han sido despojadas de su significado.
Martín Gerardo Aguilar señaló que la obra de
Melgarejo es una inmersión que se sitúa en el debate
entre el Estado y las minorías, coloca lo regional al centro
de la discusión y permite ser testigo del proceso de construcción
de identidades y solidaridades que los totonacos practican cotidianamente.
El libro de Melgarejo, apuntó, lleva a entender el esfuerzo
de los totonacos no sólo por la supervivencia, sino por mantener
usos y costumbres. La manera en que, paulatinamente, se fueron reapropiando
de su espacio, establecieron sus redes y mecanismos de interacción,
además de la articulación de sus individuos con lo político,
es decir, el fomento de la práctica de la autonomía
mediante la instauración de una democracia regional acorde
a sus usos y costumbres.
Luis Torres González, doctor en Sociología por la Universidad
de Wageningen, aseguró que el libro refleja fielmente los 200
años de resistencia y vida cotidiana de los totonacos, la manera
en que reestructuraron su territorio, las relaciones que han establecido
con el Estado mexicano a través de la resistencia, además
de hacer hincapié en la manera en que Ramírez Melgarejo
tiende a destacar la autonomía y el protagonismo de los pueblos,
cuidándose de una ortodoxia metodológica que convierte
a instituciones como la Iglesia y el Estado en fetiches, al ser organismos
que, en aras de una distensión de conflictos, carecen de flexibilidad.
El autor señaló que su libro es una búsqueda
sobre el porqué del encono del Estado hacia los totonacos y
recordó las palabras del escritor portugués José
Saramago cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró
improcedentes las controversias constitucionales respecto de la Ley
Indígena: el Estado mexicano ve a los indígenas como
enemigos. |
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