UniVerso: El Periódico de los Universitarios

que nuestro país cuenta con mano de obra barata y no calificada, la selección de una metodología que influye directamente en la tendencia política de la investigación y que los tipos de investigación, tanto aplicada como básica, no sólo se contraponen, sino también son excluyentes entre sí.
Dentro de la lógica del paradigma del capital humano y de la sociedad del conocimiento –
y, por tanto, de la economía del conocimiento– surgen preocupaciones en torno a la capacitación del desarrollo de personal técnico y de alto nivel, así como la necesaria segmentación de nuestro sistemas educativos “que traen como consecuencia la pulverización de los sistemas de enseñanza y la afectación a la educación popular”.
El segundo mito, a decir de la especialista en educación para adultos, nos quiere hacer creer que, dependiendo de la tendencia política de los investigadores, se tiene o tendrá “una metodología especifica”. Esto ha servido más como un obstáculo que una ventaja y no hay nada más cierto que “la metodología no marca la tendencia de una investigación”.
Como ejemplo, citó la existencia de trabajos de tendencia social con una metodología cuantitativa que no reflejan otra cosa que datos. Ello no quiere decir que se esté faltando a su línea ideológica, sino que la metodología deberá tener una correlación directa con el tipo de resultado que se quiera o necesite obtener.
La actual coordinadora general de Educación Intercultural Bilingüe de la sep marcó como el último mito el que se defina una dicotomía distancial entre investigación aplicada y básica, dado que en el Tercer Mundo es mucho más fácil o factible elaborar investigación aplicada y no básica, pues es muy difícil que alguien quiera invertir en una investigación que dé frutos de manera no inmediata, sino con posible aplicación posterior, como lo es la investigación básica.
Empero, dijo que hay que tener en cuenta que los principales descubrimientos de la investigación se han logrado debido a la investigación básica.
Finalmente, Schmelkes dejó en claro que “en América Latina el reto de la educación superior no es cómo va a seleccionar mejor (a quienes cursarán una carrera), sino cómo puede emparejar mejor a los egresados de un sistema educativa desigual. Su reto es emparejar y no seleccionar” porque si no “lo único que estamos haciendo es añadiéndole a un sistema educativo desigual mayor desigualdad”.