Consuelo
Ocampo analizó el programa de estímulos y el sistema
de evaluación del desempeño docente de la uv (Foto:
Ángeles González).
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El
programa de estímulos y el sistema de evaluación del
desempeño docente de la uv no han logrado mejorar el trabajo
académico de la casa de estudios, al contrario, se han vuelto
un sistema de control burocrático y de diferenciación
de los profesores, quienes responden con individualismo, competencia,
simulación y duplicidad laboral, señaló Consuelo
Ocampo Cano, a propósito de la tesis que presentó
para obtener el grado de maestra en evaluación, la cual fue
aprobada con mención honorífica por la investigación
Repercusiones del programa de estímulos y la evaluación
en las prácticas académicas de los profesores.
En el caso de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana,
Consuelo Ocampo asentó que, tal como están concebidos,
los programas de estímulos al desempeño docente “deben
desaparecer e incorporar los beneficios al salario general de los
profesores; se debe restituir a los docentes el valor de la enseñanza,
y generar alternativas de evaluación en las que participen
las comunidades académicas, sin puntos o diferenciación
de ingresos”. |
Técnica
académica y profesora de licenciatura y posgrado de la uv
desde hace 26 años, afirmó que es necesario generar
una nueva cultura de la evaluación, con la construcción
democrática de criterios de calidad que sirvan de referentes
para calificar el desempeño docente, ya que hasta el momento
el sistema de evaluación de la uv tiene una naturaleza conductista
y carece de legitimidad entre los profesores, quienes lo perciben
como un mecanismo de control y sometimiento burocrático,
pues necesitan documentar todas sus actividades con sellos, firmas
y fechas para ganar puntos y un ingreso adicional al salario.
Detalló que para su investigación consideró
a docentes y directivos de ocho facultades de la ex Unidad de Humanidades
de la zona Xalapa, realizó 16 entrevistas a profundidad,
además del análisis documental de planes de estudio,
currículo de los entrevistados, informes de actividades por
participación en el programa, normatividad y criterios de
evaluación utilizados por la casa de estudios.
Ocampo Cano agregó que los criterios de evaluación
son homogéneos, “como si todos los docentes debieran
hacer de todo. No se contempla la diversidad de figuras académicas
que existe en el ambiente universitario y que constituye la fortaleza
y riqueza de la uv; no todos los docentes hacen investigación,
y hay muy buenos investigadores que son pésimos docentes”.
Quien actualmente se desempeña como coordinadora del programa
de tutorías para la investigación de la Maestría
en Educación que ofrece la Facultad de Pedagogía,
comentó que un tabulador diseñado con criterios cuantitativos
y homogéneos no permite diferenciar de manera significativa
los niveles de productividad y desempeño docente, además
de que “se ha demostrado que las encuestas que pretenden medirlo
están mediadas por circunstancias de orden extra académico,
como la raza, sexo, edad, apariencia física, simpatía,
así como por la pertenencia a grupos y las características
de las relaciones que entablan los maestros con los estudiantes
más allá de su labor académica”.
Consuelo Ocampo señaló que “se ha generado entre
los profesores el fenómeno de la puntitis, la caza de puntos,
el hacer sólo aquellas actividades que signifiquen puntos
para la productividad y que representen el menor esfuerzo posible”.
“Hay indicios de que incluso se eleva el ausentismo de los
profesores en el aula por andar buscando eventos que les den constancia
y puntos, lo que repercute en el deterioro de la calidad de la enseñanza
y en el nivel de aprendizaje de los alumnos.”
Otro fenómeno que se genera es la competencia vinculada a
la diferencia de ingresos y a la caza y control de los recursos
y espacios institucionales que les permitan acumular puntos, como
el formar parte de los consejos técnicos, academias, jurados
y comisiones de revisión de planes de estudio.
La simulación es otra de las repercusiones del citado programa:
“Con la construcción de escenarios institucionales
ficticios se han ideado estrategias para duplicar puntuación:
una ponencia que se presenta con distinto título en dos o
más foros o congresos que incluso se realizan en la misma
fecha y hasta de norte a sur del país; o docentes que presentan
materiales didácticos para ganar puntos pero que no los utilizan
en el aula, o hacen una versión para trabajar con los alumnos
y otra para cubrir los requisitos del programa”.
Finalmente, la duplicidad laboral o doblechambismo: si bien el objetivo
de los citados programas de evaluación y estímulo
al desempeño docente inicialmente se proponían lograr
la exclusividad laboral esto no se cumplió, los docentes
continúan con dobles plazas porque no van a renunciar a una
por quedarse con un ingreso que no es seguro, que puede desaparecer,
que para tenerlo debe ser evaluado y que además no repercute
en sus prestaciones. “Hubo un desfasamiento entre los propósitos
del programa y las reglas de ingreso y promoción académica”.
Por lo que Ocampo Cano sugiere la construcción de una nueva
cultura de evaluación que restituya a los profesores el valor
de la actividad de enseñar. |