Asegura el investigador de la UV, Gustavo Guerra Galindo
Baja calidad y falta de apoyos causan crisis
del café
Ricardo Luna Aburto

Tras indicar que países como Brasil, Colombia, Vietnam e Indonesia siguen siendo los principales productores de café en el mundo, el investigador dijo que nuestra producción se ha visto afectada por la falta de políticas que permitan al pequeño productor posicionarse en el mercado y, con ello, resarcir la fuerte crisis y marginación que por muchos años ha acompañado a quienes se dedican a las labores del campo. También se debe tomar en cuenta que esta actividad agrícola registra un 30 por ciento de participación en el Producto Interno Bruto.
Recordó que países como Vietnam, cuya incursión en el mercado del café data de 1982, está creciendo rápidamente en la producción del grano, tal vez no con la calidad requerida, pero sí en cantidad suficiente para responder a las fuertes demandas de los principales compradores mundiales como Alemania y Estados Unidos.
Otro factor que ha hecho que la industria cafetalera el país se vea seriamente afectada es la poca difusión a la cultura de tomar café: de los 5 millones de sacos que se producen anualmente sólo se comercializan entre 2 y 2.5 millones; esto deja una sobreproducción muy alta que agrava la de por sí lastimada economía de las familias cafetaleras.
En el caso de Veracruz, citó que las principales zonas productoras del aromático siguen siendo Huatusco, Zongolica, Coatepec, Los Tuxtlas, Córdoba, Chicontepec y Atzalan, donde también se presentan las más altas tasas de marginación y pobreza.
Veracruz ocupa el tercer lugar en número de tierras cultivadas de café (160 mil hectáreas) sólo detrás de Chiapas y Oaxaca. No obstante, afirmó que el problema del cultivo de la tierra radica en que 90 por ciento está en manos de pequeños productores de menos de 10 hectáreas, lo que no sucede en Colombia, donde agrupaciones de cafetaleros llegan a producir más de 3 millones de sacos al año.
Entre las soluciones que se han planteado para la crisis del café destacan aprovechar el segmento del café orgánico
–cuyo mercado se posiciona cada vez más–, lograr la certificación de origen, así como mejorar la calidad de los diversos tipos de grano.
Sobre la caída de los precios del café mexicano en el mercado internacional, Gustavo Guerra Galindo apuntó que esto se debe a la disminución de su calidad, el incremento en el poder de concentración del mercado de procesadores y exportadores, y la concentración de torrefactoras que acaparan el procesamiento a nivel mundial.
Ante tal panorama, los pequeños productores deben pugnar por alcanzar los incentivos que los ayuden a diferenciar la calidad de su café y puedan incursionar en los canales de mercado a un precio promedio.