Año 2 • No. 83 • noviembre 18 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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Luz Ma. Cayetano Trinidad (Facultad de Biología)
Las plagas de los cultivos han estado presentes en la historia del mundo agrícola, y se han convertido en una causa más de considerables pérdidas económicas para los agricultores.
Su constante aumento en número, capacidad de daño y resistencias ha provocado una lucha constante con el hombre, pues éste, para erradicarlas y obtener mejores cosechas, ha utilizado diversas técnicas de control, entre las que destacan los plaguicidas, que por su alta toxicidad acaban no sólo con la plaga, sino también con todo organismo benéfico que se encuentre alrededor de ésta, provocando un desequilibrio de las cadenas alimenticias establecidas en la naturaleza.
Si bien es cierto que los plaguicidas brindan una respuesta inmediata, también es cierto que su uso constante e indiscriminado contribuye al deterioro ambiental provocando contaminación del suelo, agua, aire, frutos, aumento de los costos de producción, pero, sobre todo, efectos perjudiciales en la salud humana a corto y mediano plazos.
Por estas y otras razones es necesario implementar métodos de control más eficaces y menos nocivos que permitan disminuir la aplicación de productos químicos, y lograr un control permanente de las plagas que redunde en menores costos.
Así pues, uno de estos métodos es la aplicación del “Control biológico a través de insectos parasitoides”, que por cumplir con los requerimientos anteriores se han utilizado con gran efectividad para el control de plagas provocadas principalmente por insectos.
La aplicación de este control consiste en introducir al cultivo un número considerable de insectos parasitoides de la misma especie que tengan pronta reproducción y sean enemigos naturales específicos de las plagas, es decir, que ataquen sólo a éstas, pues únicamente así se logrará la regulación de la población dañina.
De los insectos utilizados actualmente para el control biológico destaca el uso de algunas familias de moscas, mosquitos y avispas. Éstas últimas tienen una alta capacidad de control contra larvas y huevecillos de palomillas, las cuales afectan cultivos de maíz, caña de azúcar, hortalizas, entre otros.
Es importante mencionar que la gran mayoría de insectos parasitoides utilizados en México son introducidos de lugares lejanos como Pakistán y reproducidos en nuestro país. Ésta es una de las actividades que realiza el Centro Regional de Estudios y Reproducción de Organismos Benéficos (CREROB), sede Xalapa, al reproducir la avispa Trichogramma spp. que parasita a varios insectos como el gusano cogollero, el gusano soldado, el gusano falso medidor, trozador, barrenador del tallo, y otros, que son plagas de cultivos de la región, pero también de algunos otros estados del país.
La problemática actual en México respecto a efectos nocivos de plagas es sin duda alarmante, pues éstas se han incrementado a través de los últimos años, trayendo como consecuencia una crisis alimentaria que deteriora el nivel de vida de quienes dependen de la agricultura.
Por tanto, el aprovechamiento de métodos de control a través de medios biológicos, en particular de los insectos parasitoides, deben ser considerados y aplicados, ya que bien vale la pena garantizar una mejor calidad de los productos que consumimos, asegurar la producción de los cultivos, pero sobre todo disminuir la acumulación de residuos tóxicos que tanto daño causan a la vida de los habitantes de este planeta. Comentarios y sugerencias: zulmacy@hotmail.com