|
|
Relaciones
Gobierno-Prensa
Mónica Acastenco Aragón (Facultad
de Ciencias de la Comunicación) |
|
A
partir del 2 de julio de 2000, el pueblo de México dio paso
a una “Democracia” que levantó el ánimo
de quienes confían en el “cambio”, mientras en
los sectores de izquierda causó inconformidad e hirió
el orgullo de los arraigados al esquema priísta.
Como toda transición surgieron “cambios”, nuevos
esquemas políticos, ideologías, reformas y planes
estratégicos cuya pretensión es ganar mayor número
de adeptos, de los cuales es importante resaltar la Ley de Acceso
a la Información.
¿Qué tan benéfica ha resultado la relación
gobierno-prensa?
En 1992, el entonces director del semanario Proceso, Rafael Rodríguez
Castañeda la describía como “insana, mezcla
de intereses económicos y políticos, utilizando a
los medios como instrumentos de presión ante un público
que lo mismo desconfiaba de la prensa como del gobierno”.
|
En
medio de la “algarabía de la epopeya del 2 de julio”,
como la llama el periodista Ricardo Rocha, era fácil suponer
que las relaciones gobierno-prensa mejorarían.
Es así como se informó la desaparición de La
Ley Mordaza y se le dio verdadera libertad de expresión a
los medios de comunicación, hasta poder acceder a la información
presidencial e incluso ponerse en contacto con la vida íntima
del Presidente de la República.
Esto pareció ya no gustarle del todo a Vicente Fox. La intensidad
de las críticas a través de algunos medios impresos
se han convertido en un asunto incómodo para el Presidente,
a tal grado que declaró no leer más los periódicos,
por considerar ficticia la información que dan sobre la situación
del país.
Tanto al pueblo mexicano, como a Vicente Fox, no conviene una prensa
sumisa, llena de alardes y sólo de logros positivos del gobierno,
porque la diversidad de opinión y la crítica es la
que hace
el verdadero “ cambio”. El Presidente debería
tomar en cuenta esto, porque al pueblo no le
conviene un gobernante desinformado.
Su política, desde el principio, hizo un llamado a la apertura
de los medios de comunicación, quiso convertirse en el centro
de ellos, lógicamente lo hizo por el simple hecho de llegar
a la presidencia, parecía verdaderamente interesado a formar
parte de ellos. Un ejemplo es el programa de radio “Fox en
vivo, Fox contigo”.
Sin embargo, no todo es culpa del Presidente, pues la política
de comunicación foxista ha sido un desastre, lleva poco más
de año y medio en la presidencia con tres directores de Comunicación
Social, de los cuales ninguno le ha generado la confianza necesaria
para enfrentar con avidez los reclamos de los medios de comunicación.
El Vicente Fox carismático y lleno de promesas esperanzadoras
se ha convertido en un Presidente que ha ido perdiendo la chispa
y se ha negado a escuchar la crítica; la situación
por la que atraviesa el país no es fácil, eso es comprensible,
pero tampoco es justo culpar a los medios de comunicación
de tergiversar la información y echar por la borda los beneficios
que han surgido en el presente gobierno. El público atento
a los medios de comunicación cada vez se vuelve más
crítico, rencoroso ante el viejo gobierno y alerta al actual
régimen foxista.
Tal vez al Presidente Fox le convendría hacer un autoanálisis,
una autocrítica de su gobierno, poner en balanza sus aciertos
y errores tomando en cuenta los deseos de cada mexicano, incluso
quienes están en su contra, y quienes siguen anhelando “el
verdadero cambio”, creo que ahí encontraría
el motivo del descontento. (acastenco@latinmail.com)
|
|
|