Carlo Antonio
Castro firma una de sus fotografías en la exposición
montada con motivo del aniversario de la Facultad de Antropología
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Al
hacer un recuento de lo que han sido 45 años de trabajo
antropológico en Xalapa, ex directores de la Facultad de
Antropología de la uv reconocieron la invaluable labor
de Gonzalo Aguirre Beltrán como uno de los pilares en esta
disciplina.
Carlo Antonio Castro, destacado académico y lingüista,
quien dirigió esta dependencia de 1959 a 1963, dijo que
en este recuento histórico de la institución debe
encomiarse la magnífica herencia antropológica legada
por el médico nacido a principios de siglo XX, que fue,
sin lugar a dudas, el impulsor de la investigación antropológica
en la Universidad Veracruzana.
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Entre
sus méritos, destacó una amplia obra publicada, sus
estudios de etnohistoria de la población negra en México,
además de las amplias bibliografías plurilingües
que conforman un legado invaluable de quien fuera pilar del Instituto
Nacional Indigenista (INI) y miembro del patronato inicial de Ivec.
Por su parte, Alfonso Gorbea Soto, integrante de la primera generación
de la Facultad de Antropología y primer director egresado
de la misma, recordó cómo la trayectoria de la antropología
en Xalapa se ha consolidado en 45 años, y cómo gracias
al apoyo decidido de Gonzalo Aguirre Beltrán, quien puso
como condición para aceptar la Rectoría universitaria,
fundar la escuela de antropología en la UV, el estudio de
esta disciplina se proyectó nacional e internacionalmente.
Analizó también los cambios de una dependencia que
cuenta con casi medio siglo de vida: “Lo que la escuela tenía
como base cuando recién se fundó fue un sistema muy
próximo a la política indigenista, la tendencia era
abrir el campo al desarrollo de las comunidades operando cambios
socioeconómicos”.
De alguna forma, tales modificaciones –dijo– iban a
ventilar las necesidades en los grupos populares marginados, entre
los que se encontraban no únicamente los indígenas,
sino también la población de la suburbia, es decir,
de todas aquellas comunidades donde se establecían los cánones
para poder interpretar la situación real de gente desvalida
en sus preconcepciones de la vida contemporánea y moderna.
Como miembro de la primera generación, reconoció que
los maestros que ofrecían formación en los primeros
años fueron parte del pilar robusto y fuerte de la antropología
veracruzana: “De hecho, llegó un momento en que realmente
la escuela de antropología en Veracruz era la competidora
de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH),
y eso significó un gran logro”.
Igual recordó cómo la tendencia de la juventud perteneciente
a la Facultad de Antropología de 1967 a 1971 estaba encaminada
a impulsar cambios socioeconómicos de las sociedades marginadas,
y cómo fue objeto de la revancha gubernamental y política
que pugnó por desaparecer del pensamiento universitario todo
lo relativo a la filosofía, las letras, la antropología
y la historia. “Afortunadamente no sucedió así,
y el sistema persistió haciéndose cada vez más
fuerte y mejor, convirtiéndose después en una dependencia
universitaria como lo es ahora”.
David López Cordeña, otro de los exdirectores de la
facultad, coincidió con sus predecesores al señalar
que fue gracias a personajes como Aguirre Beltrán que la
antropología en Xalapa se consolidó como disciplina
de estudio, originándose corrientes de pensamiento como las
que a él le tocaron vivir: “A mediados de los 80 la
facultad pasó de ser una escuela que formaba básicamente
cuadros para la antropología aplicada, y de manera especial
para la labor del ini, a ser una con clara perspectiva marxista-leninista”.
Esto, aunado al movimiento democrático de humanidades que
surgió a finales de los ochenta, permitió que hablar
de antropología en esos años fuera referirse a un
paradigma filosófico-político guiado por las obras
de Marx y Engels, y con muy pocas alternativas.
Ante un auditorio en el que se presentaron alumnos y ex alumnos,
académicos e investigadores, los participantes coincidieron
en que los mejores investigadores y los mejores conocimientos se
logran gracias al trabajo de campo.
La mesa redonda fue parte del X Foro Anual de Docencia, Investigación,
Extensión y Difusión de la Facultad de Antropología
de la UV. |