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Emma Cuéllar de la Torre |
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«Soy
sólo una fotógrafa». Así se definió
Tina Modotti cuando, a fines de 1929, presentó sus fotografías
en la Biblioteca Nacional de México. Esa fue su manifestación
desde el principio: quería ser una profesional de la fotografía
al servicio de la gente. Ya no le interesaba el arte puro, ni la
estética como un fin último, aunque había comenzado
a fotografiar maravillada por la belleza de las formas puras.
A pesar de esa búsqueda de la pureza en sus imágenes,
Tina nunca pudo dejar de ser artista, y sus trabajos jugaron, a
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pesar
de ella misma, un papel decisivo en el desarrollo de la fotografía
artística mexicana.
Tina Modotti nació en Udine, al norte de Italia, en 1896,
dentro de una familia pobre, con inquietudes intelectuales e ideas
socialistas, obligados por la pobreza a emigrar hacia Norteamérica.
El coraje de Tina le permitió convertirse en sostén
de su familia, ya que a corta edad fue modista y actriz de teatro
italoamericano. Se casó a los 20 años con Roubaix
de l’Abri Richey, con quien empezó a frecuentar la
bohemia intelectual de San Francisco.
A principios
de la década de los años veintes, Tina queda viuda
y se convierte en modelo y amante del fotógrafo Edward
Weston, con quien decide ir a radicar en México.
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![](images/tina-contra.gif) |
Tina
contaba ya con un estilo personal cosmopolita y libre, mismo que
le abrió las puertas de un México que crecía
culturalmente y estaba lleno de personajes artísticos maravillosos.
Viajó extensamente por México para realizar un reportaje
fotográfico del país, y aunque conocía bien
la fotografía, pulió su arte al lado de Weston.
Al poco tiempo de haber terminado este reportaje la pareja se separó
y Tina decide quedarse sola en México, dándose el
tiempo necesario para comprender y conmoverse por la realidad dura
del pueblo mexicano, situación que la llevó a involucrarse
por completo en el Partido Comunista y la política del país,
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dentro
de este grupo de intelectuales fortalece su amistad con Alfaro Siqueiros
y Diego Rivera, de quien fue modelo en varios murales.
Tiempo después, siendo fotógrafa y colaboradora del
periódico «El Machete», en 1928 conoció
al revolucionario cubano Julio Antonio Mella, con quien vivió
quizá el amor más importante de su vida, pero a
Mella lo asesinaron a los pocos meses, en enero de 1929.
El gobierno involucró a Tina en el asesinato de su amante
y el pueblo se dejó convencer fácilmente, ya que una
librepensadora, atea, comunista, modelo de artistas, era mucho para
la sociedad de ese entonces. La salvó Diego Rivera, pero
el deceso de Mella desencadenó en Tina su lenta y dolorosa
muerte espiritual.
Luego de haber sido reconocida como creadora en la Biblioteca Nacional
en 1929, consagró su fotografía a la causa socialista,
obteniendo los elogios de la crítica, ya que su obra constituía
un gran testimonio del potencial artístico que encierra la
fotografía. Su concepción artística, resultó
ser una influencia fundamental sobre los fotógrafos mexicanos. |
![](images/tina8.gif) |
Tina
Modotti fue acusada injustamente de terrorista por el gobierno mexicano
en 1930, y se vio obligada a abandonar el país en poco menos
de 72 horas, tiempo suficiente en el que regaló su equipo
al que después sería el más venerado fotógrafo
mexicano, Manuel Álvarez Bravo, a quien se debe el haber
conservado la mayor parte del archivo de Tina Modotti. |
Tina
paso diez años en Europa perseguida por el terror de la Guerra
Civil Española. En 1939 abandona España para regresar
a México. Tina estaba muy triste, trataba de no ver a sus
amigos para no complicarlos en problemas dudosos, padece del corazón,
vive atemorizada y amargada, no se reconoce a sí misma. De
manera que muere virtuosa, sola, calladamente, sin quejas, en el
asiento de un taxi, de un paro cardiaco. Sin molestar a nadie. |
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