Año 2 • No. 85 • diciembre 2 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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Diario de Catalunya...
Coincidencias entre Xalapa y Valparaíso,
o de cómo ver con ojos de poeta
Harmida Rubio (Egresada de la Facultad de Arquitectura*)

Barcelona, España.- En una de las clases un arquitecto belga nos dio una conferencia acerca de la ciudad de Valparaíso, en Chile; me pareció que tenía muchas semejanzas con Xalapa: las banquetas angostitas, las escalinatas que se generan en los escaños porque las casas y la calle están a niveles distintos, la vegetación entrando y conviviendo en la ciudad y cosas así.

El caso es que este arquitecto inició su conferencia diciendo que él se había enamorado de Valparaíso; a mí, al principio se me hizo muy extraño porque después de escuchar todas las conferencias que nos han dado de otras ciudades europeas como Ámsterdam, Londres o Nápoles, se me hizo bastante raro que este señor se fuera a enamorar de una ciudad que me parecía tan cotidiana.
Después pensé que tal vez por ser europeo le resultaba muy pintoresca la imagen de las ciudades latinoamericanas, con esa convivencia casi forzada que provocan las banquetas estrechas y las casitas unas casi arriba de otras edificadas en barrancos. La cosa es que nuestras ciudades tienen realmente un encanto muy especial. Un compañero intervino en la exposición y dijo que a este tipo de ciudades hay que verlas con ojos de urbanista y de poeta, de lo contrario, no las entiendes... y creo que tiene razón.

En Valparaíso existen unos conjuntos de casas parecidos a las vecindades, que por la topografía del lugar, se componen de casas que están edificadas debajo de las escalinatas que te llevan al patio común; y por esta razón, esas casitas “subterráneas” tienen su iluminación por el techo (hecho de unos bloques translucidos), que resulta ser el suelo que pisan los vecinos, y en las escalinatas de ese suelo hay unos hoyitos que son por donde se ventilan estas casas.

Son este tipo de detalles a los que se refería mi compañero al decir que hay que observar con ojos de poeta, para darte cuenta de cómo la gente vive las ciudades, porqué se pueden o no hacer intervenciones drásticas en esos lugares, de la cultura y la forma de sentir el lugar.

Xalapa tiene mucho de esto, las casas trepadas en los cerros, la gente aglomerada en las paradas del camión, los árboles metidos en cada rincón que la vista alcanza, la herrería vieja de las ventanas del centro.

Por eso Xalapa encanta, y hasta su gente... Mi papá dice que las buenas relaciones son como las buenas mezclas de concreto; que al principio es muy difícil hacer que la grava, la arena y el cemento formen una masa homogénea, que hay que estarle moviendo y moviendo a la mezcla para que quede bien y sea resistente, pero después de eso no hay manera de separar los componentes, así es la relación con Xalapa y su gente, de inicio cuesta trabajo, pero después es tan sólida que se te queda pegada en la sangre.

Pues bien, ésta es mi reflexión, lo cual no quiere decir que me parezca que estas ciudades estén bien como están, urbanísticamente hablando. Sólo quería compartirles un poco de la magia que se me vino a la cabeza al recordar desde tan lejos a Xalapa.

*Estudia en Barcelona un Master en Proyectación Urbanística.