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Y la medicina natural...¿dónde
está?
Marisol Martínez Bello
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Por
un momento, imagínate en esta situación: una tarde,
un terrible dolor de cabeza aqueja tu existencia, no tienes una
aspirina ni el dinero suficiente para adquirirla, ¿qué
haces?, seguramente soportar el dolor hasta que éste se pierda
en la inmensidad del tiempo; sin embargo, existe una alternativa.
Verás, nuestros antiguos mexicanos, se servían de
toda clase de plantas para curar
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distintas
enfermedades y padecimientos, preparaban pócimas, té,
ungüentos, brebajes y un sin fin de remedios que aliviaban
desde un dolor de cabeza hasta las hemorroides, todo esto a través
de la gran pasión que tenían por la observación
de la naturaleza, desarrollando incluso su propio sistema de nombres,
y muy probablemente pinturas de identificación de las plantas,
así, heredaban los conocimientos a sus descendientes mediante
la educación.
Posteriormente, la historia dio paso a la conquista Española,
y es aquí cuando al imponer una nueva cultura se pierde gran
parte de este acervo, pues este tipo de medicina llegó
a ser calificada como demoníaca; sin embargo, años
más tarde se dieron cuenta de su error y algunos frailes
de la época, como Fray Bernardino de Sahagún, iniciaron
la tarea de realizar recopilaciones, por medio de códices,
en los que se incluyen y describen algunas plantas con sus nombres
propios de la lengua, los usos y preparaciones según el mal
específico a remediar. |
La
otra gran parte de la información, increíblemente,
ha sido conservada hasta nuestros días y de viva voz por
grupos étnicos donde aún aplican este tipo de “medicina
natural”, y de los que seguramente habrá mucho que
aprender; así surge la etnobotánica como una disciplina
de estudio, cuyo objetivo es el conocimiento de la flora y los usos
que le dan los diferentes grupos indígenas.
Actualmente la “medicina natural” constituye una alternativa
de cura a muchos males, pues se trata de productos naturales y de
bajo costo. Desde hace muchísimo tiempo los curanderos
han ocupado distintas especies de plantas como analgésicos,
antibióticos, diuréticos, para curar males como la
tos, afecciones cardiacas y nerviosas, vitamínicos, laxantes,
astringentes,
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desparasitantes;
y últimamente en la cura de la diabetes, el alto colesterol
y la regulación de peso corporal. Algunos de éstos
usos han llamado la atención de los médicos, quienes
han comenzado a investigar cuáles son los principios activos
que realizan el efecto de cura en las personas, con un interés
preferencial por las plantas que al parecer curan úlceras
y distintos tipos de cáncer, sin obtener resultados confiables
hasta ahora.
El conocimiento no se ha limitado a los grupos étnicos aislados,
también nuestros abuelos conservan los llamados “remedios
caseros”, heredados de sus padres y generalmente elaborados
con plantas de muy fácil acceso, así, la próxima
vez que te duela la cabeza pregunta a los ancianitos, seguramente
te darán una buena solución.
Comentarios: marybello@terra.com |
Colaboradoras:
Mariana Báez Ponce, Marisol Martínez
y Ana E. del Ribero |
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