Año 2 • No. 86 • diciembre 9 de 2002
Xalapa • Veracruz • México
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Diario de Catalunya: la fiesta de la Mercé en Barcelona

¿Cómo ver y dialogar con el cielo?
Harmida Rubio (Egresada Facultad de Arquitectura)

Barcelona, España.- El 24 de septiembre terminaron las fiestas de la Mercé, los catalanes inundaron las calles del centro, del casco antiguo y los lugares de reunión más típicos de aquí, llenos de sonrisas y entre gritos y porras celebran ellos algo así como el día de Cataluña.
Me pareció curioso algo... esa extraña forma de acercarse al cielo, de quererlo alcanzar o enviarle mensajes.

¿Han visto las torres humanas que hacen los españoles en sus fiestas?, pues yo las vi en vivo, se llaman Castells, y son algo impresionante y muy solidario, hay que formar una estructura muy firme para que se vayan formando los “pisos” de personas, en bloques de seis, cuatro, tres, dos o una persona, todos agarrados de los hombros, de la nuca o de los codos, según la figura, un piso encima de otro.
Al final suben literalmente “trepando” arriba de estas estructuras humanas unas criaturitas de menos de ¡cuatro años!, que, sin ningún pudor y con toda desfachatez, se suben hasta la cúspide y levantan la manita en señal de que está terminada la torre.
Por otro lado, los fuegos artificiales (que, obviamente, no son exclusivos de Cataluña, pero vienen al caso, y se aguantan) que se dirigen al cielo al compás de la música a la que baila “La fuente mágica” frente al Antiguo Palacio de Congresos, que es una fuente que lanza agua (obvio está) a distintas presiones y en distintas direcciones para formar figuras “hídricas” de colores y musicales.

Entre las luces de los fuegos artificiales (que por cierto son contestados por las nubes en un
retumbar continuo entre un ¡Buuum! de las luces artificiales y un ¡Booom! de un relámpago que no se quiere quedar atrás en una lucha de afanes protagónicos celestiales), la fuente y los Castells me percaté del cielo, de su destino poético y la forma insistente en que los catalanes acuden a él como celebración.

Así que volteé a verlo y me pareció similar al de mi casa, al que ven ustedes, así que lancé mis deseos a él para que toda esta algarabía podamos compartirla pronto juntos; mientras tanto, se las seguiré platicando, y se las dibujaré con palabras cuando nos veamos allá en México, bajo el mismo cielo que nos mira, a ustedes y a mí.
Con cariño y desde el mismo cielo pero del otro lado del charco