Año 2 • No. 86 • diciembre 9 de 2002
Xalapa • Veracruz • México
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Llegan piezas de jade al MAX
Gina Sotelo Ríos
Las investigaciones antropológicas han demostrado que las piedras y minerales tenían gran valor entre las culturas mesoamericanas no sólo por su carácter ornamental, utilitario y terapéutico, sino también porque se les relacionaba con el universo.

En el México prehispánico, el jade verde y verde-azul era considerado símbolo de vida y más valorado que el oro, pues concentraba las máximas fuerzas divinas, dadoras de vida: se identificaba con el agua, la vegetación, el sol y el sustento.

Collares, esculturas ornamentales y de rituales mortuorios, figurillas, hachas, máscaras, orejeras y pectorales de jade que provienen de culturas como la olmeca –y que datan del 400 al 1200 aC– podrán apreciarse en el Museo de
Antropología de Xalapa (MAX), al inaugurarse la exposición Jades prehispánicos.
Dicha muestra estará conformada por más de 100 objetos; unos estaban resguardos en las bodegas del max y otros los aportó el Instituto Nacional de Antropología e Historia. La museografía, curaduría y guión corrió a cargo del Museo de Antropología de Xalapa.
La exposición fue inaugurada la semana pasada en el max y fue marco para el cierre de los festejos del 45 aniversario del Instituto y la Facultad de Antropología.

Jade prehispánico
De acuerdo con los estudios del antropólogo José Gamboa Cetina, gracias al cronista Bernal Díaz del Castillo se conoce el valor que tenía el jade en el México prehispánico.

“Yo digo –escribe– que nunca tuve codicia del oro sino procurar salvar la vida, porque la teníamos en gran peligro; mas no dejé de apañar de una petaquilla que allí estaban cuatro chalchihuites, que son piedras muy preciadas entre los indios... las cuales me fueron muy buenas para curar mis heridas y comer del valor de ellas”.

Gamboa Cetina enfatizó que el valor del jade no era sólo material; por su color verde azul era la representación de la diosa del agua, Chalchiuhtlicue, “la que tiene su falda de chalchihuites”.
Las piedras, más que un emblema, se consideraban como fracciones de la diosa; de ahí su profunda veneración. El agua equivale a vegetación y ésta a sustento: chile, frijol, frutos, maíz, nopal. Verde es el color de la vegetación, color mágico y sagrado. El jade de los olmecas, mayas y aztecas tendrá la misma apariencia dentro de 400 mil millones de años que la que tiene actualmente, si es que nuestro planeta todavía existe”.